El Govern ha anunciado que consensuará con el sector turístico el «decreto Grimalt» que permite obras en verano. Esta ha sido la reacción tras las quejas del sector turístico contra dicho decreto, que finalmente no fue aprobado ayer por el Govern.
En un comunicado, la Conselleria de Medi Ambient anunció que no aprobará ninguna medida que no tenga el acuerdo de un sector tan importante para la economía de Balears como el turístico. En declaraciones a este diario, Grimalt adelantó que la próxima semana se reunirá con el sector turístico. En caso de que no haya acuerdo sobre la normativa de obras en verano, se suprimirá del «decreto Grimalt». «No aprobaremos nada que pueda perjudicar al sector turístico», recalcó.
En la misma nota, Medi Ambient recuerda que el «decreto Grimalt» es únicamente un borrador y, por lo tanto, pueden introducirse cambios. El departamento que dirige Miquel Angel Grimalt mantendrá reuniones con el sector turístico para que expresen su postura ante dicho decreto.
La portavoz del Govern, Joana Barceló, dijo ayer que el Ejecutivo balear aprobará la próxima semana el decreto de agilización de tramitación ambiental de obras, tras hacer varias consultas, y aseguró que sólo autorizará la continuidad en verano de obras menores que cumplan la normativa de ruidos. «Entendemos la preocupación del sector turístico y también el conseller Grimalt ha señalado que las obras menores que cumplan la normativa de ruidos son las que podrán tener continuidad», explicó.
El punto del «decreto Grimalt» que rechaza el sector turístico señala que con el objetivo de impulsar la actividad económica del sector de la construcción quedarán sin efecto las limitaciones o prohibiciones relativas a actividades en zonas y periodos temporales, que se regirán por lo que dispone la directiva europea sobre límites de ruido.
Las reacciones en el sector turístico (Agrupació de Cadenes Hotelers, Federación Hotelera de Mallorca y Aviba) y patronales, entre ellas la CAEB, fue ayer de «total rechazo» al decreto, coincidiendo todos ellos en que antes de anunciarse «se tiene que consensuar una normativa que afecta directamente a la actividad turística. Para nosotros es una cuestión de Estado el que este decreto se modifique para evitar las obras en las zonas turísticas».
La Mesa del Turismo, que se reunió ayer, se posicionó en contra del decreto por las consecuencias negativas para el turismo en las Islas. La Asociación de Constructores de Balears, por el contrario, sí que apoya en todo su contenido el decreto.
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