El día de ayer fue uno de los más calurosos de lo que llevamos de verano. Pese a ello, Rosario Nadal y su primogénita, Mafalta, que habían llegado a Palma anteayer, salieron de compras por Jaime III y calles adyacentes, a mediodía, bajo un calor insoportable. Eso significa que ya han comenzado el veraneo de cada año. Primero llega ella con sus hijos y en los fines de semana aparece él, pues en julio sigue trabajando en la City, para disfrutar todo el mes de agosto juntos, en la casa que tienen en Porreres.
Si no ando errado de cuentas, este año, en septiembre, cumplen el aniversario de boda. ¡20 años! Y es que este año es año de aniversarios: el de su boda, también el 20 de la caída del Muro de Berlín, y también el 20 del que dejé de fumar: 6 de noviembre de 1989. Hay fechas en la vida que uno no las olvida, entre ellas la de cuando dejas de fumar.
Veinte años, pues, que Rosario y Kiryl se dieron el sí quiero y que se ha traducido en tres hijos y mucha felicidad. Y si Kiryl en estos años ha ganado en músculos (sobre todo en músculos abdominales), y ha perdido pelo, Rosario, si cabe, está más guapa que entonces y su elegancia ha alcanzado cotas inalcanzables. En cambio, su simpatía hacia los periodistas "excepto a los de Vanity Fair" sigue estando bajo mínimos. En realidad, creo que no tiene ninguna simpatía hacia nosotros, pero no se lo tenemos en cuenta, por lo que año tras año nos tendrá siempre cerca de ella, cosa que ella no duda.
Casa nueva
Incluso nos tendrá cerca este año si decide mudarse de su casa de Porreres a la que se están construyendo en un municipio próximo, que desde luego no es Campos, como pensé siempre, sino otro. Casa forrada de piedra. Casa dividida en dos casas. Una con porche de madera del que cuelgan lámparas de diseño. Casa minimalista en la que predomina el color blanco. Casa con pozo y horno, externos a ella, pero también forrados de piedra. Casa de difícil acceso, pues está dentro de una finca a la que se llega desde otra finca. Casa que si no estás dentro de la finca, no la ves desde ninguna parte. Casa que el día que llueva, si no asfaltan los alrededores, se van a poner de barro hasta las trancas. Casa en plena garriga, por cuyos senderos Kiryl podrá hacer footing cada mañana sin que le moleste nadie. Casa a la que se accede por distintos caminos...
Desde aquí, a Rosario Nadal le deseamos que pase un verano muy tranquilo.
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