Víctor disfruta también del sol y de la playa en Magaluf, donde rueda capìtulos de la serie.

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José Alvarez es nuevo en tele. Le vimos recientemente en La que se avecina, en el papel de amante de la vecina del ático, una psicóloga a la que visita en horas poco discretas, siendo sus encuentros más caóticos que tórridos.

En Un golpe de suerte, su papel es Víctor, le mantiene más tiempo delante de la cámara, lo que le supone más protagonismo. Es el chico de familia bien con padres con problemas -su progenitor es homosexual que, además, quiere salir del armario-, cuya novia, que está en un internado, llega a Mallorca para pasar las vacaciones con sus padres. «Es un chico de buena familia, que lo ha tenido todo, pero al que poco a poco se le van a ir rompiendo los valores que su familia le ha inculcado, a la vez que va descubriendo que el mundo es algo más de lo que él conoce desde Mallorca. Encima, a la novia le llega un hermano que no conocía, lo cual complica las cosas entre ellos».

-Tal y como está montado hoy el mundo del teatro, cine y televisión, ¿no es un poco arriesgado querer ser actor?

-Mas que arriesgado, es complicado. Sobre todo por tu familia. Porque cuando dices en casa que quieres ser actor no todos se lo toman bien. «Todo el mundo quiere ser actor», te dicen para desanimarte. Pero cuando les planteas que sí quieres ser actor es porque es tu vida y porque en este trabajo te sientes identificado, no les queda más remedio que aceptarlo. Y si encima, luego, te dan tu primer papel, terminan de aceptarlo. Incluso te animan.

-Eres asturiano, ¿no?

-Sí, lo soy.

-Buena tierra Asturias. Don Pelayo, Alonso, El Guaje, Letizia...

-Buena tierra y buena gente, sí. Pero dejé Asturias y me fui a vivir a Palencia durante dos años, formando parte de la selección juvenil española de voley. Luego pasé una temporada en Alicante estudiando Fisioterapia, hasta que me establecí en Madrid, donde decidí ser actor. Porque, ¿sabes?, a mí siempre me ha gustado ser actor. Pasa que no tuve la oportunidad, al menos para trabajar formalmente, hasta que llegué a Madrid. Alternaba los estudios con el teatro hasta que decidí dedicarme por completo. Y de momento me está saliendo bien.

-¿Sabes que Mallorca tuvo un gran equipo de voley?

-Sí. El Son Amar. Creo que fue uno de los equipos más importantes de Europa. ¿Qué se ha hecho de él?

-Pues lo de siempre: que lo que sube, baja. Pero, sigamos con lo nuestro: las series juveniles, aparte de que han puesto de manifiesto que nuestra cantera de teatro es buena, dan oportunidades a los actores jóvenes, como tú. ¿Puede ser para ti 'Un golpe de suerte' una buena oportunidad?

-Yo espero que esta serie, además de trampolín, que espero que lo sea, me sirva de escuela... que lo es, pues trabajo con grandes actores de los que voy a aprender mucho. Incluso voy a aprender de mis compañeros, actores más jóvenes. Por eso digo que el trampolín está muy bien cuando tienes una base de actor, porque sin ella por mucho trampolín que te pongan no conseguirás nada.

-Por cierto, ¿hay buen rollo entre los actores consagrados y los noveles de esta serie?

-Por supuesto que lo hay. Ellos nos acogen, nos dan consejos, están pendientes de nosotros, no sólo durante el rodaje sino también fuera de él. Siempre tienen un momento para ayudarnos. La verdad que es gente muy buena.

-Me han contado que también eres modelo...

-Sí. He hecho un Cibeles y otros trabajos. Y si ahora, a raíz de esta serie, me sale algo en este campo, lo aprovecharé. Aunque, ante todo, soy actor. Eso también lo tengo muy claro.

-Dentro de nada vas a ser famoso. ¿Cómo lo vas a llevar?

-Espero que bien. Espero seguir siendo el de siempre. Lo mismo que con la prensa; voy a procurar tener buen rollo con ella. Al fin y cabo, tarde o temprano, nos necesitamos unos a otros. Aparte, yo respeto mucho a la prensa.

-¿Cómo va la serie?

-Bien. Está subiendo la audiencia. Además, nos han prorrogado hasta noviembre. Eso es buena señal.

Pedro Prieto

(texto y foto)