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La condena del atentado de ETA en Palmanova siguió presente ayer en todas las declaraciones efectuadas por los demócratas, que también quisieron dejar claro que la banda terrorista está cada vez más débil y que no hay ninguna oportunidad para el diálogo.

Con un semblante visiblemente serio compareció en la rueda de prensa posterior al Consejo de ministros la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien sostuvo que los etarras «tienen los días contados» y que «no tienen ni un último rincón del mundo al que acogerse». «Nos causarán dolor, pero acabaremos con ellos no sólo porque somos más y estamos juntos, sino porque de nuestro lado está la fuerza del Estado de Derecho», afirmó. «No hay posibilidad de hablar de diálogo», zanjó De la Vega al ser preguntada por esta posibilidad.

El portavoz parlamentario del PSOE, José Antonio Alonso, está convencido de que los terroristas «cada vez están más débiles» y por ello serán derrotados, especialmente con la «fortaleza» que aporta la unidad de todos los demócratas. El presidente del PNV de Guipúzcoa, Joseba Egibar, cree que ETA ya «no tiene futuro» porque tampoco tiene sitio en el pueblo vasco.

El presidente del Senado, Javier Rojo, dijo que «no hay que hablar absolutamente de nada» con los terroristas y ha pedido para los asesinos «cárcel, cárcel y cárcel». La Mesa y Junta de Portavoces del Parlamento de Navarra: la sociedad democrática «nunca se verá sometida a la dictadura del terror etarra».

El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte: «Estos crímenes nos avergüenzan como vascos, nos indignan como ciudadanos y nos afligen hondamente como cristianos». Amnistía Internacional condenó «sin reservas» los «graves abusos» contra los derechos humanos cometidos por la banda terrorista ETA.