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La policía ha identificado en Cala Bona (Son Servera) a dos de los etarras que presuntamente participaron en el atentado mortal de Calvià contra dos guardias civiles. La policía sospecha que ambos terroristas también estuvieron implicados con las cuatro bombas que la organización terrorista hizo estallar en Palma nueve días después.

Las fuerzas de seguridad han comprobado que la pareja estuvo en Cala Bona entre el viernes 30 de julio -día del atentado mortal- y el domingo 9 de agosto -cuando estallaron las cuatro bombas-. Este diario ha podido saber que la policía ha comprobado que los dos terroristas entregaron una identificación falsa y que alquilaron unas bicicletas para pasear por la zona.

Según reconocieron los responsables de este negocio de Cala Bona, agentes de la policía vestidos de paisano les pidieron la semana pasada el registro del alquiler de unos días concretos de principios de agosto, entre los dos atentados. Después de repasar la lista no pudieron identificar a la pareja por sus nombres. Entonces, los agentes mostraron diferentes fotografías a los responsables del establecimiento, y los dos terroristas fueron identificados. Ambos dieron como lugar de alojamiento el Hotel Cónsul. Aun así, desde la dirección del hotel negaron que la policía hubiera acudido al establecimiento en busca de pruebas. Lo que sí se corroboró desde el hotel es que a lo largo de diversos días la policía mostró diferentes imágenes a algunas personas de la zona tratando de identificar a la pareja, sin éxito. Los propietarios del establecimiento de bicicletas quedaron sorprendidos por la visita de la policía, aunque en su opinión los agentes ya tenían constancia de la información que les pedían y sencillamente querían contrastarla.

El Ministerio del Interior, poco después del primer atentado, distribuyó la fotografía de los seis terroristas más buscados. Este diario ha podido saber que los dos miembros de la organización armada detectados en Cala Bona no son ninguno de estos seis, pero que se trata de dos jóvenes -un hombre y una mujer-que no serían 'legales', sino liberados, es decir, 'fichados' por la policía.

Los investigadores no lo han tenido nada fácil. Han seguido más de 300 pistas diferentes, que situaban, casi siempre, a una pareja de terroristas en distintos lugares de Mallorca, como un piso de s´Arracó, en un conocido bar de carretera de la zona de Llucmajor, en Bunyola, Esporles...

Los dos terroristas abandonaron la zona y la policía todavía no ha podido comprobar si consiguieron dejar la Isla o continúan escondidos en algún lugar, puede ser ya no vacacional.