El colegio Llaüt acogió ayer la XVI Jornada de Estudio para Empresarios, un acto centrado en las 'Perspectivas, retos y estrategias' que afronta el colectivo en el actual contexto de crisis. Una jornada organizada por el Centre Universitari Ariany que contó con las ponencias de varios expertos y la asistencia de unos 120 empresarios.
La inauguración corrió a cargo de Feliciano Fuster, presidente de honor de ENDESA y del comité organizador de la jornada. Asimismo, asistieron la rectora de la Universitat de les Illes Balears, Montserrat Casas; el portavoz del grupo parlamentario popular, Francesc Fiol; el presidente de la Cambra de Comerç, Miquel Lladó; así como los empresarios Gabriel Sampol, las hermanas Mascaró y Antonia Beltrán, entre muchos otros.
Abrió el turno de ponencias Juan José Toribio, profesor de Economía y director general del IESE Business School en Madrid, y ex director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional.
Higinio Marín, profesor de Antropología Filosófica de la Universidad Cardenal Herrera-CEU.
Enrique Sendagorta, Presidente del Instituto Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra. Por último, ya por la tarde, cerró el acto Antonio Núñez, director del Programa para el Liderazgo para la Gestión Pública del IESE y presidente del Harvard Hispanic Leadership Forum.
La mayoría de los ponentes incidió en que España tardará más tiempo que el resto de países europeos en salir de la crisis. Toribio especificó que no estamos hablando de meses sino de años: «El horizonte no es brillante, con todo la empresa debe entender que el mercado ya no es España, sino global».
En este sentido, Toribio descató la importancia de las empresas españolas en energías renovables, en tecnología para el tratamiento de aguas, la construcción y gestión de infraestructuras, la alta velocidad, la tecnología aerospacial o la biotecnología. También destacó marcas españolas de prestigio en telecomunicaciones, turismo, diseño y moda, entre otras.
Con todo, Toribio puso encima de la mesa la importancia de reflexionar de cara al futuro sobre la oportunidad de que las grandes empresas españolas inviertan o produzcan en el país. En definitiva, la posibilidad de producir y generara valor añadido en otros países.
Antonio Núñez defendió en su ponencia la necesidad de tener mecanismos de control para mejorar la eficiencia de la empresa pública. «No es una cuestión ideológica, es tener la posibilidad de evaluar si las políticas que se desarrollan en materia de sanidad o educación se hacen maximizando el rendimiento y minimizando la inversión».
«Cada vez somos más exigentes, pero al mismo tiempo la crisis mengua la recaudación de impuestos, por tanto la eficiencia en la gestión de la administración pública debe ser uno de los desafíos de cara al futuro».
Un futuro en el que Enrique Sendagorta y Higinio Marín coincidieron en que la persona debe ser un valor a tener en cuenta a la hora de formar líderes y garantizar el buen rendimiento de las empresas y del sistema muy influenciado por variables no económicas.
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