Por los pelos

 

El sábado por la tarde, poco antes de celebrarse la Gala de Jóvenes Talentos, las colas de visitantes para entrar en el recinto ferial Juan Carlos I eran interminables. En su interior, un auténtico paraíso para estudiantes y profesionales de la peluquería o de la estética.

 

Los estands mostraban las novedades y muchos visitantes no perdían la oportunidad de hacer alguna reserva o adquirir los productos para sus centros. Desde mobiliario para lavar el cabello, hasta lo último en secadores, planchas de alisado, cepillos e incluso pequeñas y preciosas orquillas. Además podían comprarse uñas postizas, cremas hidratantes, relajantes, etc. Todo lo que se puede uno imaginar, y hasta lo que no se imaginan, pues también se pudo visitar uno de los estands más atrevidos con aceites sensuales o divertidas gominolas eróticas de regalo.

 

Los visitantes salían de la feria cargados de folletos informativos sobre cursos, productos y oportunidades para jóvenes empresarios.

En los dos pabellones donde se celebró la feria, que comenzó el viernes y se clausuró ayer domingo y que acogió a 400 empresas y marcas expositoras de todo el mundo, se han realizado numerosas demostraciones y consejos prácticos, así como las tendencias para la próxima temporada.

 

Varios grupos de mallorquines aportaron su desembolso en productos, y entre las anécdotas, la de una joven estudiante de peluquería de Palma que se gastó cerca de 800 euros. Aunque lo parezca, no son cifras exageradas, ya que el nivel de lo que se puede comprar es muy bueno, según los entendidos.

 

La entrada al encuentro fue de 15 euros y por acudir a una exhibición de grandes profesionales 65 euros. En todas ellas colgaba el cartel de completo. En la feria también hubo premios. Entre los reconocimientos a una gran trayectoria profesional y la colaboración, el peluquero Luis Llongueras y el mallorquín Rafael Artero recibieron el Peine de Oro y una placa conmemorativa, respectivamente. El Joven Talento que triunfó en la Pasarela Hair Look fue el trabajo expresado en el interior de una jaula de pelo. Originalidad y espectáculo, peinados que ponen a uno los pelos de punta y creaciones poco ponibles, pero que animan, sin duda, el ambiente y a hacen derrochar la originalidad. En los salones y centros de peluquería, afortunadamente, estos jóvenes son mucho más cautos a la hora de cortar y peinar.