Imagen del acto de apertura del año académico en la UIB, celebrado esta mañana. | Pere Bota

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La rectora de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), Montserrat Casas, ha destacado hoy durante la inauguración del año académico la vocación internacional de la institución y ha considerado «imprescindible» crear una escuela de doctorado internacional en la que colaboren empresas innovadoras.

«El doctorado se convertirá en el centro del triángulo del conocimiento y en una herramienta básica para los investigadores en formación», ha explicado en su discurso de inauguración del curso 2010-2011, en el que ha hecho algunas referencias a la colaboración de la empresa privada así como a los recortes en la financiación.

Esta escuela reclamada por la rectora es necesaria, ha apuntado, para que la UIB «siga siendo una universidad» y debería contar con la participación de empresas innovadoras, que faciliten la inserción de los doctores en el tejido empresarial.

Casas ha destacado que, tal y como muestra un reciente estudio, la UIB devuelve a la sociedad balear 3,7 euros de cada euro que invierte el Govern en ella, ya que los universitarios pagan más impuestos y generan por tanto más beneficios al Estado.

Esto «pone en evidencia», ha continuado, que «la educación es una buena inversión y no un simple gasto», especialmente en tiempos de crisis, cuando la recuperación económica se deberá «fundamentar en el conocimiento».

La innovación ha sido uno de los pilares de su discurso y, a este respecto, ha apuntado que «va más allá de la creación de nuevos productos y servicios» y alcanza también la capacidad de «generar nuevas maneras de pensar»

Para fomentarla, la rectora ha advertido que es «imprescindible» cooperar con las universidades y centros de investigación públicos y privados, algo que es ha calificado como «reto de futuro» de la UIB.

«No podemos permitirnos el lujo de perder una generación de jóvenes investigadores bien formada», ha asegurado, y ha puesto como ejemplo el programa IBREA del Govern, una «idea excelente» que ha esperado «las políticas de estabilidad fiscal permitan iniciar cuanto antes mejor».

En su discurso, Casas ha hecho alguna referencia más al recorte presupuestario de la universidad cuando ha afirmado que «pese a la falta de financiación» este curso se mantendrá la oferta de posgrado prevista.

También ha reivindicado algunas carencias de la universidad , como la necesaria sustitución del edificio prefabricado del campus, «que ya ha superado la fecha de caducidad», así como la conveniencia de hacer el campus «más atractivo a los viandantes», incrementar los alojamientos y servicios y resolver la falta de espacio en la biblioteca.

A este respecto, ha opinado que «no siempre es necesario el dinero público para seguir adelante» y que «hay cosas que se pueden resolver con iniciativas privadas».

En la inauguración también ha participado el presidente del Govern balear, Francesc Antich, quien ha mostrado la intención del Ejecutivo de mantener la movilidad internacional de los alumnos, así como el programa del exención del pago de la matrícula para los desempleados que cursen un posgrado.

Ha anunciado asimismo que este año se iniciará el proceso de seguimiento de las titulaciones de la UIB por parte de la Agencia de Calidad Universitaria de Baleares.

Antich ha coincidido con Casas en que el «mejor antídoto» para hacer frente a la crisis es el capital humano y la innovación y ha felicitado a la UIB por su buena adaptación al espacio europeo.

Antes del presidente y la rectora, que acaba este curso su mandato tras cuatro años al frente de la universidad, el secretario general de la UIB, Federico Garau, ha hecho un resumen de la memoria del pasado año académico y ha explicado que en él participaron 1.247 profesores y 23.200 alumnos, de los cuales 1.400 obtuvieron algún título y 292 viajaron a otros países a estudiar.

Asimismo, se desarrollaron 103 nuevos proyectos de investigación y se leyeron 38 tesis doctorales, ha indicado.

La lección inaugural del curso ha estado a cargo del doctor José Angel Torres y ha versado acerca de la cercanía del derecho civil a la sociedad, que es una disciplina, ha dicho, que regula las relaciones entre las personas «por el hecho de ser personas».