La jornada de ayer en el aeropuerto de Palma no registró incidentes ni aglomeraciones de importancia, aseguraron miembros de la Policía Nacional destacados frente a los mostradores de Spanair en la terminal de salidas.
Los agentes sólo destacaron que el viernes noche hubo momentos de tensión entre los pasajeros de un Spanair con destino Nador (Marruecos), que tenía la salida prevista a las 23.30.
Estos afectados pasaron toda la noche en Son Sant Joan y a primera hora de la mañana de ayer fueron derivados, vía Málaga y Madrid, con otras compañías a su destino.
Antoni Deudero, director general de Ports i Aeroports, destacó que «como había un precedente» con la huelga de controladores y el cierre del espacio aéreo a causa de la nube tóxica provocada por un volcán de Islandia, «la gente ya sabía que podía actuar a través de vías alternativas y como resultado, la presencia de los afectados en el recinto de Son Sant Joan ha resultado muy ordenada», explicó.
A pesar de que la respuesta de los ciudadanos está siendo cívica, lo cierto es que las personas que ayer tenían que llegar a sus destinos con urgencia no daban crédito a lo ocurrido.
Críticas
También hubo críticas hacia las llamadas tarifas rescate, como es el caso de Estela Bombín. «Compré el billete el miércoles para venir a Palma de fin de semana. Llegué con Air Europa sin ningún problema, pero el regreso a Madrid lo operaba Spanair», relató Estela.
«Me encuentro con que la recolocación consiste en comprar otro billete, que supuestamente es más barato: 87 euros por ir a Madrid. Realmente, ¿es esto más barato?».
2 comentarios
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"Los agentes sólo destacaron que el viernes noche hubo momentos de tensión entre los pasajeros de un Spanair con destino Nador (Marruecos), que tenía la salida prevista a las 23.30.", cómo les encanta a los marroquíes dar la nota.
El nivel de este periódico es alucinante: ¿Y qué tienen que hacer? ¿Salir a las pistas y quemar los aviones? Si hay algo que se aprende en España es que protestar no sirve de nada porque estamos aborregados. Pasamos tanta hambre en la guerra civil y la dictadura, que ahora por un plato de lentejas chupamos todo tipo de extremidades al poder.