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Juan Manuel Morales, el joven de 21 años conocido como 'Unabomber' y por ser el autor de un frustrado y presunto plan para provocar una masacre en el campus de la Universitat de les Illes Balears (UIB), negoció el pasado verano la compra de una escopeta de caza con un ciudadano residente en Palma que ya ha prestado declaración ante la policía. 'Unabomber' es el apodo de un profesor que remitía cartas con bombas en Estados Unidos.

Según revela el sumario de la 'operación Columbainero', cuyo secreto se ha levantado esta semana, Morales intentó adquirir la escopeta tras superar el primer examen, práctico, para obtener licencia para el uso de armas.

El propietario de la escopeta declaró ante la policía que desconocía totalmente los macabros planes del joven.

El sumario, asimismo, añade que el joven, en prisión sin fianza desde el pasado 4 de octubre, también se declaró 'admirador' del autor de la matanza en la Universidad Politécnica de Virginia (Estados Unidos), donde un estudiante coreano, Cho Seug Hui, de 23 años, mató a 33 personas.

El asesino de Virginia actuó solo y tras perpetrar la masacre se suicidó, al igual como, al parecer, pretendía hacerlo Juan Manuel Morales.

Vigilancia

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Hasta ahora, sólo se conocía que el joven pretendía emular la masacre del colegio estadounidense Columbine por su supuesto odio a los estudiantes universiotarios.

Los cientos de folios que forman parte del sumario detallan con minuciosidad el exhaustivo seguimiento del que fue objeto el joven por parte de la policía, nada más tener conocimiento de sus planes, meses atrás, a través de un periodista uruguayo residente en Japón.

Los agentes intervinieron sus comunicaciones telefónicas, vigilaron todos sus pasos en Palma, incluidas sus comunicaciones en las redes sociales.

De hecho, el sumario confirma que policías disfrazados de repartidores le detuvieron en su domicilio al entregarle los 140 kilos de sustancias con las cuáles se pueden fabricar artefactos explosivos.

Juan Manuel Morales está imputado, en principio, por el delito de tenencia de sustancias explosivas, aunque el juez que lleva la causa, Enrique Morell, titular del Juzgado de Instrucción 9 de Palma, le envió a prisión también por el delito de estragos.

En los registros practicados tras la detención al joven se le intervinieron también diversos manuales sobre fabricación de explosivos.

Vivía solo en un piso del casco antiguo de Palma ya que sólo hacía un mes que se había independizado de sus padres tras ganar 12.000 euros apostando en la pasada Eurocopa.