Rosa Estaràs alaba la gestión de Mariano Rajoy. | Teresa Ayuga

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Ya hace tres años que cambió Palma por Bruselas y la presidencia del PP balear por un escaño en el Parlamento Europeo. Rosa Estaràs (Palma, 1965) sigue conectada a la política balear, aunque hay temas, como su relación con Jaume Matas, de los que no quiere hablar.

—¿También en Bruselas se vive la crisis con las misma intensidad que aquí?

—Sí. La crisis es el tema central del debate político por la situación de Grecia, de Irlanda, de España o de Portugal. Yo creo que se están tomando decisiones en la buena dirección. La crisis se ganará con más Unión Europea y esta situación se superará con más unidad porque juntos pesamos más que por separado.

—Al hilo de lo que dice, ¿cómo ve todo lo que está sucediendo en Catalunya?

—Si juntos pesamos más que por separado, es el momento de hablar más que nunca de unidad. Hay que respetar las normas y los procedimientos que nos hemos marcado entre todos. La diversidad nos enriquece como país, pero esa diversidad hay que combinarla con la unidad. Personalmente creo además que la verdadera demanda de los ciudadanos es que haya trabajo y que tenga comida cuando abre el frigorífico. Esa es la demanda real que existe y no según qué otras cuestiones.

—¿Y la actuación de Rajoy?

—Rajoy está tomando decisiones en la buena dirección. Son difíciles e implican grandes sacrificios, pero son imprescindibles y necesarias. La imagen de España es buena, entre otras cosas porque el ministro de Asuntos Exteriores es muy conocido porque fue eurodiputado. Hay que hacer una reflexión colectiva para no volver a hacer las cosas mal.

—¿Y qué se ha hecho mal?

—Por ejemplo, en cualquier acción de gobierno, ahora es prioritario supervisar el gasto. Antes la supervisión del gasto no era una prioridad y la crisis ha servido para recuperar valores que habíamos perdido. Tenemos que mantener la protección a las personas y colectivos más desfavorecidos y hay que seguir eliminando el gasto superfluo en la gestión diaria.

—No me queda más remedio que volver a preguntar por la insularidad. Cada president que llega se marca el reto de conseguir ayudas y ninguno lo logra.

—Bauzá se ha implicado intensamente en este asunto y ha hecho de él una bandera. También los consellers Company y Gómez están muy implicados. Tengo la convicción de que todos estos esfuerzos se verán recompensados y la insularidad se tendrá en cuenta. Bauzá tiene don de gentes y es una persona muy querida.

—¿Cómo se ve la acción de Bauzá?, ¿echa de menos la política local?

—Todo en esta vida son etapas y yo pasé la mía en el Ajuntament de Valldemossa y en el Govern, donde estuve diez años a las órdenes de tres presidentes. Estuve en el Congreso, con José María Aznar, cuando el PP ganó las elecciones, y al frente del PP dos años. Aprendí mucho de todas estas épocas, pero la última fue muy difícil. Durante esos dos años que presidí el PP, lo pasé fatal y lloraba todos los días, pero no me quedó más remedio que seguir porque era el momento más difícil del PP, con la pérdida de las instituciones y el inicio de los problemas judiciales.

—¿Cree que hizo bien?

—Creo que lo mejor que he hecho fue dar ese paso atrás y abrir el camino a gente como la que está ahora. Al mando del PP está gente joven, con ganas, con mucha fuerza. Hay mucha ilusión entre los actuales dirigentes del PP. José Ramón Bauzá y Mateo Isern tienen un enorme ilusión y capacidad de trabajo y son dos líderes natos, igual que Maria Salom. Este partido tiene tres grandes líderes que lo están haciendo francamente bien.