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La recogida neumática de basuras ha estado fuera de servicio uno de cada dos días desde que se implantó en Palma, ya sea en una parte concreta o en su totalidad. Así lo manifestó ayer el presidente de Emaya, Andreu Garau, que destacó que desde que Emaya asumió el mantenimiento del sistema en el año 2004 se han registrado una media de tres averías a la semana. Precisamente explicó que Emaya decidió asumir la gestión y el mantenimiento de la neumática (lo hacia Envac) por el elevado número de incidencias y porque consideraban que las reparaciones eran «tremendamente» lentas, lo que implicaba tener que volver a poner contenedores tradicionales en el centro. Así, en los dos primeros años de funcionamiento de la neumática se registraron 160 paros.

Reparaciones más caras

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Garau argumentó que los costes de las reparaciones cada vez eran más elevados. Así, en el año 2005 se gastaron 133.972 euros, en 2006 la cifra ascendió a 204.125, en 2007 a 367.367 euros, en 2008 a 402.472 euros, en 2009 a 475.822 euros, en 2010 fue de 363.982 y en 2011 ascendió a 516.854 euros. En su opinión, los costes de conservación y reparación de este sistema no deberían superar los 100.000 euros. Este incremento de costes alarmó al presidente de Emaya y unido a la avería de la artería principal fue lo que motivó la decisión de no reparar el sistema y dejarlo fuera de servicio. «En otro momento, Emaya hubiese reparado esos 400 metros, a costa del ciudadano, y la neumática hubiese podido seguir funcionando día sí día no, pero siempre incrementando el coste», manifestó.

El presidente de Emaya considera que «se debería haber exigido responsabilidades mucho antes y con contundencia» a Envac, ya que el sistema tiene una vida útil de 30 años y sólo ha durado 10. Por ello, entiende que la empresa distribuidora del sistema de recogida neumática debe compensar a Emaya y le reclamarán como mínimo 10 millones de euros, pero no se descarta que se le puedan pedir los 26 millones que costó su implantación. Garau explicó que esta reivindicación está basada en los peritajes que han realizado el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas y la Universidad Politécnica de Cataluña que señalan «vicios ocultos».