Momento de la salida del Sant Enterrament desde Sant Francesc. | Joan Torres

TW
15

Hubo que esperar hasta pasadas las once y media de la noche para poder ver cómo el paso del Sant Enterrament salía de la iglesia de Sant Francesc, pero para los numerosos fieles que se acercaron hasta esta céntrica plaza de Palma valió la pena. La procesión del Sant Enterrament, como la del Crist de la Sang el día de Jueves Santo, marca un hito en la Semana Santa palmesana y de ahí que sea una de las que congrega más fieles a su paso. Ayer fueron más de 3.000 los penitentes que desfilaron, algo menos que en la del día anterior.

A las 19.30 de la tarde salían los primeros pasos de la iglesia de Sant Francesc y hubo que esperar más de tres hora para que el último paso abandonara la iglesia. Hasta la iglesia de Socors, las 32 cofradías con sus respectivos pasos hicieron su recorrido por las calles Convent de Sant Francesc, Plaça de Santa Eulàlia, Cadena, Plaça de Cort, Colom, Bosseria, Galera, Cordera, Quartera, Esparteria, Mercadal, Ferreria, Porta de Sant Antoni y Socors.

Recorrido tradicional

Por segundo año consecutivo, la procesión recuperó el recorrido tradicional por las calles del centro histórico de Palma, lo que le dio una enorme vistosidad. Por lo que respecta al orden de desfile de las cofradías, se combinó la antigüedad de la con la cronología del vía crucis de Jesucristo representado en los pasos de las distintas cofradías. Este podría ser el último año que sucede ya que asociación de cofradías estudia que el año que viene se recupere al orden en función de la antigüedad.

Los penitentes acusaron el cansancio de la procesión del día anterior, especialmente por lo que respecta a los dos pasos portados por costaleros, el de Nostra Senyora de la Esperança y el de Nostra Senyora de la Salut que, como viene siendo habitual, ‘bailaron' en la Plaça de Sant Francesc antes de que comenzara la manifestación religiosa. Durante todo el recorrido, estos dos pasos fueron los más aplaudidos por el numeroso público que se concentró a lo largo del recorrido. Las calles, sin embargo, fueron vaciándose conforme transcurría la noche ya que, como viene siendo habitual en los últimos años, la imagen del Cristo, una talla del siglo XVI, no llegó al Socors hasta pasadas la 1.30 de la madrugada.

‘Pinganillo'

A pesar de los intentos de las cofradías para que el entierro se celebre antes de las 12.00 de la noches, es decir, todavía en Viernes Santo, tampoco este año fue posible. Siete miembros de la junta llevaban ‘pinganillos' para comunicarse entre ellos, tratar de dar continuidad a la procesión y evitar que se fragmentaran. La procesión del Sant Enterrament está organizada por la cofradía de la Cruz de Calatrava, junto con la de la Sang, son las dos más antiguas de las que desfilan en Palma.

A pesar de que la voluntad era tratar de agilizar al máximo el recorrido, la realidad es que hubo que esperar hasta la madrugada para ver cómo se abría el sepulcro en la iglesia del Socors y se depositaba al Cristo. Los hermanos de la cofradía de la Calatrava transportaron al Cristo en medio de un silencio absoluto, a pesar de que la iglesia estaba abarrotada de fieles que no quisieron perderse uno de los momentos clave de la Semana Santa, el que representa el entierro de Jesucristo tras su muerte en la cruz.