Margalida Durán amonestando al diputado Antoni Alorda durante su intervención en el Parlament.

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La presidenta del Parlament, la 'popular' Margalida Durán, optó ayer por una interpretación literal y restrictiva del Parlament y a un posterior acuerdo de la Mesa, que establece que las interpelaciones al Govern serán de carácter general sin alusiones concretas, para impedir las alusiones al president del Govern o a cualquier aspecto relacionado con la polémica suscitada con su farmacia o su participación en otras sociedades mercantiles.

Durán amonestó al diputado de Més Antoni Alorda cuando aludió a Bauzá, cuando citó su cargo o cuando pronunció palabras como 'farmacia' o 'Bauser', que es una de las empresas del president. No le dejó acabar su intervención (había sobrepasado en cuarenta segundos el tiempo asignado) y le cortó el sonido. En los pasillos de la Cámara, mientras crecía la protesta de la oposición y sólo Mabel Cabrer (PP) salía en su defensa, la presidenta del Parlament dijo que ella se había limitado a cumplir el reglamento y que le había llamado al orden en dos ocasiones y advertido en otras. «Tendría que haberle expulsado», afirmó.

Cabrer: «Son radicales»

Los reproches de Durán a Alorda provocaron la solidaridad de la oposición. «Esto es inaudito», «nunca hemos visto algo así», «censura», se oyó en los escaños socialistas. Thomàs (PSIB) y Biel Barceló (Més), que se reunió con el letrado para mostrar su malestar, pidieron la palabra para protestar. Mabel Cabrer, finalizada la sesión, acusó a la oposición de «montar un circo». Según Cabrer, «ellos [refiriéndose a PSIB y Més] son radicales de izquierda que no respetan las reglas del juego».

La oposición presentará una queja formal durante la reunión que hoy celebrará la Junta de Portavoces del Parlament.