Imagen del primer día de clase en un centro de Primaria de Palma, donde aún no tienen proyecto lingüístico.

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Este inicio de curso pasará a la historia como el más polémico de cuantos se recuerdan. A la convocatoria de la primera huelga indefinida de la educación balear, por parte de STEI-i y CCOO, que hoy puede repetirse por parte de la Assemblea de Docents, se suma el caos y precipitación que se vive en la mayor parte de los centros educativos de la Isla.

La situación es la siguiente. En junio los colegios e institutos elaboraron unos proyectos lingüísticos adaptados al artículo 20 del Decreto para el Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL), un artículo que daba a los centros la posibilidad de mantener en mayor o menor medida las horas de clase en catalán que tenían hasta ahora.

Las instrucciones dictadas por la Conselleria con las que se cerraba esta vía del artículo 20 -la principal clave de esta polémica-, que los centros decidieron ignorar por considerarlas contrarias a derecho, provocaron que la casi totalidad de los proyectos presentados fueran desaprobados por la Conselleria, que reclamó modificaciones.

Confusión

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Llegó el verano y algunos centros lograron modificar su decreto en julio, unos pocos lo hicieron en agosto y otros muchos lo están haciendo ahora en septiembre, pocos días antes del inicio del curso, lo que significa que a estas alturas hay muchos docentes que aún no saben en qué lengua se van a impartir algunas asignaturas. Y además, las listas de libros de texto dadas a las familias en junio, en base al primer proyecto elaborado, pueden no coincidir con el nuevo proyecto que la Conselleria les obliga a elaborar.

De hecho, la Coapa ya está recibiendo quejas de muchas familias por el hecho de que los libros de texto comprados en junio o julio ya no coincidan con el nuevo proyecto. Una realidad que reconocen desde las asociaciones de directores de Primaria y de Secundaria, donde preocupa la situación caótica provocada.

Pero más aún, en todos los casos, los equipos directivos han sometidos o someterán estos nuevos proyectos a los consejos escolares, como marca la LOE aunque no las instrucciones de Educació. Y en todos los casos, de forma unánime, estos consejos escolares están rechazando estos proyectos.

Los directores los han remitido o lo harán en breve a la Conselleria informando de este rechazo de los consejos. Y ahora Educació debe responder -tal y como hizo en Menorca-, de forma verbal o escrita, y seguramente ordenará la aplicación del os proyectos modificados, aunque no estén apoyados por los consejos. Entonces los consejos escolares presentarán de forma masiva recursos de alzada ante la Conselleria, por vulneración del derecho de participación de las familias en el ámbito educativo, recogido en la Constitución y en la propia LOE

Si estos recursos no son contestados o son rechazados por Educació, llegarán los recursos contenciosos ante el TSJB, que en octubre o noviembre podría decidir suspender de forma cautelar todos los proyectos lingüísticos no aprobados por los consejos escolares, con lo que se tendrían que volver al proyecto original de junio o al del curso pasado, eso sí aunque los libros no sean entonces los más adecuados.