Antes de las ocho de la mañana era muchos los reporteros que hacían cola para pasar el primer control de seguridad de la Policía Nacional y coger sitio en la rampa de acceso a los juzgados. Los primeros manifestantes en llegar, venidos de la mayor de las Pitiüses, buscaban un sitio en el que mostrar sus pancartas de 'Eivissa diu no' a las prospecciones petrolíferas.
Poco a poco, se fueron concentrando frente a la entrada principal de los juzgados los manifestantes, algunos de los cuales portaban banderas republicanas o pancartas con diferentes mensajes, aunque el que más abundaba era el de 'Justicia'. Al mismo tiempo, en la zona de acceso restringido, los periodistas de diferentes medios nacionales entrevistaban a los venidos de países como Suecia o Japón, para dejar constancia del histórico día que se vivía en las calles de Ciutat.
A medida que pasaban los minutos eran más los ciudadanos que se concentran en la Via Alemanya, lo que obligó a los agentes de las autoridades a cortar uno de los carriles para facilitar el paso de los transeúntes al tiempo que se empezaban a oír gritos de 'La monarquía es una tontería' o 'Sangre real, justicia irreal'.
Cuanto más se acercaba la hora a la que estaba prevista que llegara la Infanta, más manifestantes se concentraban frente a los juzgados. Al otro lado de la Via Alemanya, los afectados por el cierre de Coca-Cola en Balears mostraban diversas pancartas, y personas a favor de la independencia de Catalunya y los Païssos Catalans se unían a la manifestación.
El número de personas obligaba a cerrar un sentido de la calle pasadas las nueve de la mañana debido a los cientos de personas que había gritando 'Juan Carlos, Sofía, la olla está vacía' o 'ni infanta ni España, Païssos Catalans', entre otros.
La exaltación máxima entre los manifestantes ha llegado a la vez que la Infanta, y, desde la entrada principal, se escuchaban cánticos de 'Castro, amigo, el pueblo está contigo'.
Anécdotas
El acceso a las calles contiguas a la la rampa de acceso a los juzgados han permanecido cerradas a los transeúntes que no residieran o trabajaran en ellas, a excepción de los medios acreditados. Han sido muchos los que han intentado acercarse, ya fuera esgrimiendo que trabajaban, sin poder demostrarlo, o que residían.
Mientras tanto, variopintos manifestantes se han concentrado en la entrada principal de los juzgados, esperando, algunos, poder aparecer ante las cámaras, otros preguntando información o con atuendos diversos para llamar la atención.
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