Momento en que la imagen del Cristo es depositada en el lecho en el que será transportado hasta el sepulcro. | Joan Torres

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El acto del Sant Enterrament es uno de los más emotivos de la Semana Santa palmesana, que pone el broche al Viernes Santo. Un año más, una abarrotada iglesia dels Socors aguardaba, en silencio absoluto, el solemne escena.

El paso del Sant Enterrament salió de la plaza de Sant Francesc a las 23.45 de la noche y llegó als Socors a las 1.15. Allí lo esperaban los hermanos de la cofradía de la Cruz de Calatrava, que organiza la procesión. Este año presidió la cofradía el secretario, Sebastià Aguiló, y su presidente, Josep Serra, destacó la agilidad con la que transcurrió.

Final

El padre agustino y rector dels Socors, Jesús Miguel, que junto con el conciliario de la asociación de cofradías, el padre Antoni Cañellas, presidió la procesión, fue el encargado del oficio religioso. El retumbe del golpe seco al cerrar el ataúd con la imagen del Cristo y la entonación del Credo por parte de los asistentes puso fin a la noche del Viernes Santo.