El arquitecto Jose María Coderch fue el que diseñó este establecimiento, conocido en la época como el «hotel chocolate» por su fachada. | S. Amengual

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El entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, inauguraba el 3 de mayo de 1964 el Hotel de Mar, convirtiéndose este emblemático establecimiento en el número 1.000 de Mallorca. Diseñado por José María Coderch, el hotel ubicado en Illetes veía la luz de la mano de este arquitecto de prestigio internacional. El edificio consiguió aunar dos líneas de trabajo: incorporó volumetrías simples, blancas, inspiradas en la arquitectura popular del Mediterráneo, en contraste con la plaqueta de cerámica vidriada, las barandillas de cristal y las celosías de madera.

Arquitectura

La familia Buadas, accionistas mayoritarios de Hoteles Federados, encargó la construcción de este edificio. Hasta 1969 fue propiedad de esta cadena, aunque ese mismo año Sol Meliá, a la sazón Hoteles Mallorquines, lo alquiló y en 1970 lo compró definitivamente. La calidad del proyecto de Coderch ha permitido que el edificio se haya mantenido sin alteraciones durante muchos años y sólo han sido precisas varias reformas.

El edificio es de interés público del Ajuntament de Calvià, por lo que no se puede modificar el concepto arquitectónico del mismo, ni exterior ni interiormente y sólo se han modificados aspectos de tipo decorativo.
El hotel Meliá de Mar se convirtió en 1998 en el séptimo establecimiento de cinco estrellas de Mallorca, tras haber conseguido de la Conselleria de Turisme la reclasificación.

En 2008 tuvo lugar la última remodelación integral, ya que de la imagen tradicional del establecimiento sólo queda la fachada, puesto que su interior fue cambiado absolutamente para buscar la mayor satisfacción del cliente. De la remodelación se ocupó el arquitecto Alvaro Sans. Las instalaciones fueron renovadas y todas las infraestructuras cambiadas en sus 144 habitaciones, así como en los 14.000 metros cuadrados de espacios abiertos y jardines con los que cuenta. Todo ello lo convirtió en un hotel de referencia, siendo además uno de los establecimientos de la cadena por los que el presidente de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, siente un cariño especial.

En 1964, el entonces ministro Fraga dijo estas palabras en el acto inaugural: «Confío en que la inteligencia, sensibilidad y el celo, jamás escatimados en esta Isla en su largo recorrido por su doctorado turístico, presidirán por mucho tiempo las horas de su futuro».