A través del documento, la defensa de Tejeiro asegura que nunca tuvo «ninguna función específica que implicara responsabilidad en la gestación o toma de decisión» y reclama su libre absolución, al asegurar que no incurrió en delito alguno a frente de la entidad. No obstante, señala que en caso de ser condenado, lo sea a un año y medio de cárcel como cómplice de un delito de malversación y otro de estafa, con la atenuante de confesión.
El escrito, firmado por el letrado Daniel Pérez-Esqué, incide en que el diseño de la estructura formal y material del Grupo Nóos lo fijaron Torres y Urdangarin, quienes tenían un control «total» sobre los ámbitos laboral, fiscal, contable y financiero.
En el caso de una de las empresas que conformaban el conglomerado, Aizoon -propiedad al 50 por ciento del Duque y de su mujer, la Infanta Cristina-, el acusado, para quien la Fiscalía Anticorrupción reclama dos años de prisión, subraya que esta sociedad tenía como finalidad desviarse a su favor los fondos que de forma presuntamente ilícita percibió el Instituto Nóos de las Administraciones públicas de la Comunidad Valenciana, Baleares y Madrid.
De hecho, tal y como confesó anteriormente mediante un escrito presentado ante la Fiscalía en julio del año pasado, recalca cómo Aizoon «carecía de infraestructura personal y de medios relevante para la realización de su actividad social», y asegura al respecto no constarle que la sociedad tuviera empleados con dedicación exclusiva y excluyente.
Del mismo modo, apunta al giro de facturas falsas entre las empresas del entramado a través del cual ambos exsocios se habrían apoderado de hasta 6,2 millones de euros públicos y, en el caso de Aizoon, subraya que las facturas libradas por ésta contra el Instituto Nóos y Nóos Consultoría Estratégica constituían una vía para que el dinero de origen presuntamente ilegal acabara en las cuentas de la sociedad de los Duques.
Nóos cobró de las administraciones más de lo que le correspondía
La defensa de Tejeiro recuerda que la actividad principal del grupo se centró fundamentalmente en la celebración de los Illes Balears Forum y los Valencia Summit, el coste de cuya organización por parte del Instituto Nóos «fue inferior al importe recibido de los organismos públicos para su realización».
«Pese a que el Instituto actuara bajo la forma jurídica de asociación sin ánimo de lucro, materialmente funcionaba como una mercantil en tanto que su marge comercial no revertía en el objeto de la asociación, sino en las mercantiles privativas de los señores Torres y Urdangarin, persiguiéndose pues fines lucrativos», abunda el letrado de Tejeiro, hermano de la mujer de Torres, Ana María Tejeiro.
Es más, subraya que las facturas libradas con motivo de los anteriores eventos turístico-deportivos «no respondían a servicios concretamente prestados, sino que era el vehículo en el que el señor Torres y el señor Urdangarin se hacían con los beneficios del Grupo Nóos».
En total, la entidad cobró por organizar estos eventos 5,9 millones de euros, a pesar de que su verdadero coste fue de 1,6 millones, según datos de la Agencia Tributaria. El acusado incide en el hecho de cómo las empresas que conformaban el entramado -Instituto Nóos, Nóos Consultoría Estratégica, Intuit, Shiriaimasu y Aizoon- eran entidades vinculadas entre ellas bajo la dirección de ambos exsocios.
Desvío de fondos al extranjero
Tejeiro hace alusión finalmente a la estructura fiduciaria investigada en la causa para desviar fondos al extranjero, y en este sentido, apunta a que la finalidad de ésta era evadir el dinero obtenido de las Administraciones públicas y ocultar a sus verdaderos beneficiarios así como «atemperar» su tributación. Según recuerda en su escrito, llegó a asistir por indicación de Torres a una reunión en la que se le expuso la creación de esta estructura, mostrando su desconocimiento acerca de si Urdangarin participó en este entramado.
Una estructura en la que jugaron un papel fundamental las mercantiles Blossom Hills (en Belice) y De Goes For Stakeholder Management (Reino Unido), según explica Tejeiro, quien recuerda además que las facturas emitidas por De Goes contra el Instituto Nóos las confeccionó y se las entregó Torres, para después remitirlas Tejeiro a Salvador Trinxet, el abogado que presuntamente ayudó a urdir esta red de evasión fiscal internacional.
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