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El Govern balear ofrece al ejecutivo central el antiguo albergue de Palma, con 120 plazas, para acoger a los refugiados sirios derivados al archipiélago durante la fase inicial de valoración antes de su integración en los diversos municipios, que prevé que se prolongue unos cuatro meses desde su llegada.

La consellera de Servicios Sociales, Fina Santiago, ha hecho pública esta propuesta tras mantener una reunión con los responsables de bienestar social de los cuatro consells insulars.

La gestión directa de todo el proceso, sobre cuyo inicio el Govern está a expensas de la información del ejecutivo central, corresponderá a Cruz Roja, que es la entidad que tiene suscrito un acuerdo con el Gobierno para la atención e integración de los refugiados, ha indicado.

Santiago prevé que se asignen a Balears unos 300 refugiados, cálculo que basa en el peso poblacional del archipiélago en el conjunto de España, pero subraya la necesidad de «ser solidarios» ante esta crisis y no descarta que sean más.

El Gobierno central, ha indicado, se hará cargo de los costes del transporte de refugiados hasta Balears, principalmente desde Grecia, Italia y Hungría, y de dotar a Cruz Roja de los recursos para gestionar su atención.

Santiago ha hecho hincapié en la objetividad del criterio poblacional para la asignación por comunidades autónomas de los desplazados por la guerra de Siria, sin descartar que se consideren otros aspectos como la tasa de desempleo o al PIB per cápita de las regiones.

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Para organizar la ayuda de las instituciones políticas, las entidades sociales y religiosas y los particulares, el Govern y los consells han pactado crear un grupo de coordinación político que atenderá las demandas de la administración central y organizará los recursos disponibles para la recepción e integración de refugiados.

Más en contacto directo con los responsables de Cruz Roja estará otro grupo, de carácter técnico, con especialistas en asistencia social, sanitaria y laboral de las administraciones públicas y de entidades como la iglesia católica y asociaciones civiles.

Los refugiados, ha indicado Santiago, serán trasladados una vez se haya determinado que cumplen las condiciones para que se les reconozca esa condición, y cuando en el centro de acogida del albergue de la Playa de Palma, si el Gobierno central acepta la propuesta, se valorará su situación para buscarles acomodo estable y que puedan llevar una vida normalizada.

El antiguo albergue, que se encuentra en desuso, está en buenas condiciones, con habitaciones listas para ser ocupadas, y solo necesita una limpieza a fondo y la revisión de sus instalaciones de climatización, ha dicho la consellera.

De cara a la fase de integración, el equipo de trabajo técnico hará un fichero de voluntarios que hayan ofrecido ayuda, ya sea económica, de asistencia personal, traducción, o incluso que quieran poner inmuebles a disposición de los refugiados.

Santiago es partidaria de que el acogimiento en viviendas de familias sea excepcional y que se dote a las personas desplazadas por la guerra de sus propias residencias, así como de recursos para llevar una vida digna en las islas.