José María Rodríguez.. | Redacción Local

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Tras más de treinta años de batallas con armas de todos los calibres, José María Rodríguez, el general Ro-Ro, dirige este miércoles su última carga para tratar de evitar a toda costa que Mateu Isern sea declarado número uno al Congreso por el PP. Su toque de corneta ya no produce, como en otros tiempos, alaridos de pánico entre sus oponentes. Pero Rodríguez aún infunde respeto entre la Junta Directiva Insular. Parece más que improbable que su pupilo Álvaro Gijón supere a Isern. Los pronósticos calculan que se prensetarán a votar unos 140 miembros de la Junta. De éstos, unos ochenta votarán por Isern mientras que Gijón rozará los 45. El resto se repartirá entre los candidatos menores.

Será una derrota para Ro-Ro, pero con las botas bien puestas. Su apuesta de verdad es mantener el control de Palma de cara a los procesos congresuales del año que viene. Si se cumplen los pronósticos, habrá presión para que Rodríguez anuncie su jubilación política en los próximos meses, junto con algunos de sus lugartenientes como el veteranísimo Paco Frau. Hasta Madrid podría entrar en liza para conseguirlo. Pero no es sencillo. Ro-Ro recuerda que hace unos años en un proceso interno derrotó a Tito Fiol, el gran valedor de Isern, en casi todos los distritos de Palma. Aunque la Part Forana vote mayoritariamente por Mateu, un buen resultado de Álvaro visualizaría que el rodriguismo se mantiene fuerte en la capital. Sin embargo, Ro-Ro sabe que se acercan horas de acoso y derribo contra él. El festival comienza este miércoles.

La actitud «absolutamente neutral» del presidente en funciones Miquel Vidal no ha beneficiado a los rodriguistas. Todo lo contrario. Les ha hecho un traje de ciprés sin entallar. Vidal se ha movido de tal manera que ha dado mucho poder a los regionalistas, consciente de la gran fuerza que tienen al otro lado de la Vía de Cintura de Palma. «Nadie podrá decir jamás de mi que no di la voz y el voto al partido. En la Junta Directiva Insular están representados todos los pueblos», proclama con orgullo Vidal.

A partir de este miércoles la suerte estará echada. La correlación de fuerzas que salga de la votación será una radiografía de lo que pasará en los próximos meses. El objetivo regionalista es claro: Isern oficiando de gran puente en Madrid con la calle Génova; Billy Company haciéndose con la presidencia del partido en Balears y Tito Fiol asumiendo, poco a poco y con tozudez, el dominio de Palma con la mirada en lontananza mirando a la alcaldía.

Si el general Ro-Ro se encastilla con sus numerosas huestes en la capital, las embestidas serán fuertes en los meses venideros. Dentro del PP se juega más fuerte que nunca. Muchos han llegado a la conclusión de que las timideces internas y la disciplina ante el mando acaban por generar derrotas electorales durísimas. No repetirán una experiencia tan traumática como la de un José Ramón Bauzá que les salió un sapo saltimbanqui. O espabilan ahora o le estarán regalando mucho terreno a la izquierda.

El general Ro-Ro combate contra la tenaza de Sineu, pueblo donde se encuentran los orígenes de Isern y de Fiol. Esta vez no habrá ni pactos ni componendas. Este lance es un caixa o faixa como el del general Prim. O caja de pino o fajín de brigadier. No hay término medio.