Los datos de este informe, elaborado a partir de una muestra de 2.696 alumnos, de entre 10 y 15 años de 31 centros de educación secundaria, revelan que las víctimas de ciberacoso confían mayoritariamente en los padres y madres a la hora de explicar el conflicto.
El estudio destaca que dos de cada 10 alumnos conocen uno o más casos de alguien que se ha sentido acosado sexualmente a través de mensajes de móvil, chats o mensajes de correo electrónico, y más del 50 por ciento conoce alumnos que han recibido mensajes con insultos y burlas durante el último año.
Asimismo, se observa que los alumnos de tercero y cuarto de ESO son los que más conocen algún perjudicado y, en algunos casos, incluso se dobla la cifra respecto de los cursos inferiores.
Según las conclusiones del informe, esto puede ser debido a que los alumnos más jóvenes acceden menos a Internet, por lo que no están tan expuestos, o a que hacen menos usos. Cuanto más años tiene el menor, más incidencia hay de ciberconflictos, y las niñas tienen conocimiento de más casos que los niños, especialmente, en el caso de haber recibido mensajes con insultos y burlas.
A la pregunta de si ha sufrido alguna forma de ciberconflicto en los últimos dos meses, uno de cada 10 menores afirma que en alguna ocasión ha sufrido la publicación o compartición de alguna imagen o vídeo suyo sin su consentimiento, y hasta un 8,1 por ciento afirma que, alguna o varias veces, se ha sentido acosado sexualmente a través de mensajes de móvil, chats, etc.
En este caso, las niñas manifiestan que son más agredidas que los niños, aunque los niños lo padecen más a menudo.
Cuando se pide el tipo de implicación de los alumnos en las situaciones de ciberconflicto, el estudio resalta «el alto porcentaje de observadores». Las herramientas de mensajería instantánea, como 'WhatsApp' o Telegram, facilitan la figura del observador, ya que muchos reciben a la vez en sus dispositivos imágenes y vídeos de otros compañeros.
5 comentarios
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En lugar de la quimera imposible de asaltar el ciberespacio con nuestros conocimientos analógicos de padres más bien torpones ¿por qué no enseñamos a nuestros hijos a no rechazarse? A algunos nadie nos puede presionar con publicar una foto de nuestro trasero/delantero, porque sencillamente nos importa un bledo, lo pueden ver en la playa nudista cuando quieran y al natural.
Los protocolos contra el Bullying deberían tener más en cuenta a los progenitores de los alumnos y en Baleares el Ciberbullying parece olvidado.
La confianza que depositan los adolescentes en sus padres sobre el acoso parece muy positivo. Pero, se ha contrastado con otras autonomías u otras fuentes? Ánimo a las instituciones.
Los adultos, empezando por los padres, también sería otra opción.
Datos espeluznantes y graves. Los adultos, empezando por los docentes, deberían recibir charlas de información sobre este asunto que no sólo se da en los centros educativos, sino que va más allá, en el entorno del menor (calles, barriadas, etc); además del ciberacoso. Lo dicho: más formación en los adultos para abordar este tema y dar respuestas y seguridad a los menores