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La defensa de una abogada juzgada por supuestamente grabar la declaración de la Infanta Cristina durante la instrucción del caso Nóos ha acusado a dos funcionarios de ponerse de común acuerdo para realizar la grabación y después «encubrirlo».

Así lo ha manifestado durante el interrogatorio a un funcionario durante el juicio contra dos abogados, Francisco Carvajal y María del Carmen Jiménez, por presuntamente desobedecer la providencia del juez Castro que prohibía acceder al Juzgado con dispositivos de grabación de audio o vídeo. La Fiscalía pide para cada uno un año de prisión por un delito de desobediencia grave.

Uno de los abogados defensores ha llegado a acusar a un funcionario de haberse puesto de acuerdo con una compañera para grabar la declaración de la Infanta y encubrirlo en sus testimonios ante la Policía. Durante el juicio, este funcionario se ha mostrado convencido de que el vídeo no se grabó desde su asiento y ha apuntado a que se hizo desde la posición de Carvajal.

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Con todo, el abogado defensor cree que los funcionarios actuaron muy «rápido» para «protegerse» e incluso ha insinuado que coordinaron sus declaraciones. También ha criticado que ahora «no recuerden nada» y que sus testimonios sean «evasivos».

La otra funcionaria abandonó la sala una vez empezada la declaración durante al menos una hora para tomar un café, según ha explicado. Esta persona, que ha declarado como testigo, ha afirmado que ese día no trajo su teléfono móvil al Juzgado sino que lo dejó en casa.

Los funcionarios que han declarado hasta el momento han admitido que no pasaron el mismo control de seguridad que se hizo a los abogados, a quienes se les retenían sus teléfonos y tablets, se examinaban sus efectos personales y se les hacía pasar por un detector de metales.

Por otro lado, uno de los abogados presentes en la declaración ha manifestado que la acusada tenía un reloj pero que no le vio hacer ningún gesto sospechoso ni le parece que pudiera estar grabando con él.