Luis Ladaria, en una imagen de archivo. | Josep Pons Fraga

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El arzobispo de Lyon, cardenal Philippe Barbarin, será juzgado entre el 4 y el 6 de abril próximo por no haber denunciado abusos sexuales cometidos en su diócesis hace 25 años, anunció este martes un tribunal de esta ciudad del este de Francia.

Barbarin, quien comparecerá ante la sexta cámara del Tribunal Correccional de Lyon junto a otros seis encausados, se vio implicado en el proceso a raíz de la denuncia de diez víctimas del sacerdote Bernard Preynat, quien oficiaba bajo la tutela de Barbarin.

Según el diario «Le Figaro», entre estos seis citados destaca el arzobispo mallorquín Luis Ladaria Ferrer, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Iglesia Católica, quien responderá por «complicidad» por no haber ordenado a Barbarin recurrir a la Justicia ordinaria cuando se descubrieron los abusos sexuales a decenas de menores atribuidos a Preynat.

De acuerdo con este periódico, Ladaria escribió una carta a Barbarin en la que le aconsejó «tomar las medidas disciplinarias adecuadas, al tiempo que se evita el escándalo público».

Contactados por EFE, tanto el Tribunal Correccional de Lyon como la Nunciatura del Vaticano en Francia declinaron hacer declaraciones.

Los demandantes de este proceso optaron por el procedimiento de citación directa, que permite la celebración de un proceso judicial sin una investigación en profundidad de la policía siempre y cuando la víctima o víctimas presenten pruebas suficientes.

Preynat, de 71 años, está imputado desde 2016 por haber abusado sexualmente de menores hace 25 años en un sumario aún en fase de instrucción.

Barbarin ya había sido investigado por encubrimiento por la Fiscalía, pero la causa fue finalmente sobreseída en verano de 2016.

«Es cierto que me di cuenta tarde. Si hubiese estado en contacto más directo con las víctimas y hubiese visto el daño cometido, habría dicho: 'Hay que reaccionar inmediatamente'», indicó Barbarin, en una entrevista publicada en diciembre pasado en la revista «Aujourd'hui en France», del diario «Le Parisien».

En esa publicación, el arzobispo aseguró que entendía que para las víctimas, «destrozadas por dentro», el hecho de que Preynat hubiese podido continuar siendo sacerdote generara una «enorme indignación».