Alfonso Robledo y Jesús Sánchez mostraron este jueves su contrariedad por el convenio. | Pere Bota

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Las patronales de Restauración y Salas de Fiestas y Discotecas (Abone) anunciaron este jueves que no firmarán el acuerdo del convenio de hostelería «porque va en contra de los intereses de las pequeñas y medianas empresas de ambos sectores», según indicaron sus presidentes Alfonso Robledo y Jesús Sánchez, respectivamente.

Ambos abandonaron la reunión entre la FEHM, sindicatos y el Govern «porque no nos sentimos representados, ya que nuestra realidad económica es muy diferente a la de los hoteleros», apuntó Sánchez. Reprochó a la patronal de hostelería, en alusión a los hoteleros, «no haber sido actores en la negociación, por lo que pedimos ocupar nuestro espacio y que se contemple la singularidad de estos sectores que, aunque sean pequeños, tienen su importancia».

El presidente de la Asociación de Restauración de Mallorca advirtió que este incremento salarial puede suponer, incluso, «el cierre de empresas de restauración, porque no podrán asumir el incremento salarial planteado».
Asimismo, Robledo dijo que «les ha molestado que no se les haya informado de las negociaciones y que no se nos haya dado nuestro espacio lógico para trasladar nuestro criterios».

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En este contexto, el responsable de la patronal Abone explicó que «siguen intentando» la posibilidad de salirse de este convenio y acogerse al nacional «si jurídicamente lo podemos hacer». Sánchez añadió que en el colectivo que representa también habrá cierres «con este incremento salarial».

Los presidentes de ambas patronales reconocieron, pese a mostrar su disconformidad, que no tienen más remedio que firmar el convenio, circunstancia que se producirá en los próximos días. Robledo puso de manifiesto que hay una solución alternativa, citando el caso de Canarias: «En el convenio de hostelería canario se ha diferenciado al hotelero del de restauración, por entender que son dos sectores muy diferentes y con una actividad productiva que no se puede comparar».

No es la primera vez que Restauración y Abone abandonan el acto de firma del convenio, ya que lo hicieron en 2014. Los sindicatos indican que estos dos sectores «se caracterizan por su opacidad, fraude laboral y tener jornadas de trabajo excesivas».