Glòria Ferrer. | M. Joy

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La Federació d’Associacions de Pares i Mares d’Alumnes (FAPA) de Mallorca ha denunciado que «las relaciones de algunos centros educativos con las asociaciones de padres y madres son bastante deficientes. No todos los centros educativos tratan a su asociación de padres y madres como una parte real de la comunidad educativa y nos encontramos con grandes dificultades para conseguir este reconocimiento».

Según la entidad, presidida por Glòria Ferrer, «algunos centros sólo se acuerdan de la existencia de las familias cuando surgen problemas: en la gestión de servicios complementarios en horario extraescolar o cuando hay que realizar alguna reivindicación de tipo administrativo. Pero en el día a día, en el proyecto educativo del centro, en la programación general anual o en la participación en comisiones mixtas con poder de decisión real, se olvidan de las familias o ponen todas las trabas posibles a su implicación».

La FAPA destaca que «somos la federación que agrupa a la mayoría de asociaciones de padres y madres de Mallorca y, por tanto, entendemos que una parte de nuestra labor es ser el altavoz de cada una de estas asociaciones para conseguir que puedan ser escuchadas de manera más efectiva».

La federación se muestra muy contundente al afirmar que «todavía hay profesionales de la educación que ven la participación de las familias como una injerencia en su trabajo, cuando debería ser al contrario. Se debería ver nuestra participación como lo que realmente es: un derecho de las familias, una necesidad por parte de los centros y una ventaja para toda la comunidad educativa».

La FAPA considera que «es necesario cambiar algunas mentalidades, pero también desarrollar planes integradores reales, impulsados por la Conselleria d’Educació, pero también por cada centro educativo para lograr que nuestra implicación sea reconocida a nivel administrativo, pero también a un nivel efectivo real. En ocasiones, es la propia conselleria la que dificulta esta implicación».