El buque Symphony of the Seas dispone entre su oferta de un jardín con 12.000 plantas naturales, pista de hielo, anfiteatro y 19 piscinas. | Bernard BIGER

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Las protestas contra la masificación turística en las Islas Baleares se reactivan al inicio de la temporada de este año con motivo de la llegada a Palma del crucero más grande del mundo. Los grupos ecologistas han iniciado una lucha que mantendrán los próximos meses.

La plataforma 23-S, integrada por más de 30 entidades y que el pasado 23 de setiembre organizó una manifestación de más de 3.000 personas por el centro de Palma bajo el lema ‘Fins aquí hem arribat', ha convocado una protesta para el domingo 8 de abril en la estación marítima de Palma por la presencia del Symphony of the Seas, con capacidad para unas 9.000 personas.

Los ecologistas han difundido un vídeo en las redes sociales donde ponen de manifiesto su preocupación y malestar por los megacruceros. El colectivo recuerda que estos buques mantienen los motores encendidos mientras están atracados y que «la concentración de partículas nocivas en el aire en las zonas próximas al puerto puede ser hasta 200 veces superior a las que hay en una autovía».

Según las previsiones de Puertos del Estado, Palma registrará este año un nuevo récord de escalas de cruceros de gran tonelaje y de cruceristas. Se superarán, por primera vez en la historia, los 1,75 millones de pasajeros. Esta cifra representa un incremento del 5 % respecto de los 1,67 millones de cruceristas que recalaron en Palma a lo largo del año pasado. En total, habrá 567 escalas de cruceros, una cifra superior a las 540 del 2017.

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El presidente del GOB, Amadeu Corbera, explicó ayer a este diario que su entidad participará en la concentración del domingo como integrante de la plataforma 23-S, si bien no será ésta la única acción del grupo. Iniciarán una campaña de concienciación y de debate social «serio» sobre la saturación turística y «cómo reconducir la situación». «Asumiremos el papel que desgraciadamente no han llevado a cabo las instituciones, perpetuando el mismo modelo turístico durante años», indicó. Así, avanzó que a parte de nuevas acciones de protesta aún por definir, se llevarán a cabo debates más amplios.

Preocupación institucional

Los actuales responsables políticos ya han asumido que hay masificación turística, si bien su estrategia no contenta a los ecologistas. La apuesta del Ejecutivo autonómico pasa por desestacionalizar y potenciar la campaña Better in winter, algo que desaprueban los grupos más críticos al defender un modelo no turístico. En cualquier caso, desde Cort y desde la Conselleria de Turisme mostraron ayer su preocupación por la llegada de varios cruceros en un mismo día porque sus pasajeros colapsan las principales calles de Palma. Desde el Ajuntament ya han trasladado su inquietud a Autoritat Portuària.

Por su parte, la consellera de Turisme, Bel Busquets, reconoció que la llegada de miles de cruceristas en un mismo buque «no es el modelo» que se persigue, si bien reconoció el margen de maniobra que tienen al respecto. Recordó que la llegada de cruceros, al igual que de aviones, es competencia del Estado, por lo que ya han transmitido su petición para que la llegada de buques sea escalonada.