La Conselleria de Medi Ambient afirma que carece de «medios técnicos» para solventar problemas en «ámbitos privados o urbanos» como la última invasión de cabras asilvestradas en una parcela de la urbanización de Son Gual.
Ante el requerimiento de los vecinos, los técnicos de la conselleria han evaluado la situación y han determinado que esta excede de sus competencias y atribuciones, puesto que «las intervenciones se limitan a emergencias para especies invasoras o situaciones de riesgo para la seguridad de las personas a petición de los ayuntamientos u otras administraciones públicas». Es decir, según este argumento, no pueden acudir en ayuda de ningún propietario que se lo solicite.
Además, en su comunicación de respuesta, Medi Ambient sugiere a los propietarios la posibilidad de contactar con empresas de control de serpientes invasoras, «que posiblemente podrían actuar también en el caso de las cabras», e informa de que «damos traslado de su aviso al Ayuntamiento de Palma».
Finalmente advierten de que, en el caso de que los animales procedan de terrenos destinados a la caza, corresponde a su propietario la responsabilidad de hacerse cargo de los desperfectos.
Por el momento no está claro si los vecinos tomarán alguna medida más allá sobre este asunto, pues existe «diversidad de opiniones» en el seno de la comunidad de propietarios.
4 comentarios
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Lo asombrado que me quedé cuando hace unos años, de la noche a la mañana siguiente, no encontré nada de los que tenía sembrado. Eso sí, un rebaño de unas 15 cabras a la sombra comiendo las hojas de los higos chumbos (figas de moro). Desde entonces he dejado de sembrar esperando que se termine la sobre población de cabras. Me apunto a lo expuesto anteriormente de cabra (mejor cabritillo) al horno.
@LLuis, yo no soy ecologista, me gustan los toros, la caza y la pesca, pero viendo estas pobres cabras que nadie las quiere me encantaría adobarlas, digo, adoptarlas y tenerlas en es forn, digo, en la finca donde serán apreciadas como manda la receta.
Tanta protección y repoblación de cabras que ahora resulta que sobran y son un peligro para la fauna y flora autóctona. Yo les metía las cabras en la casa de algunos "ecologistas".
Si fuera mi casa y los técnicos de la Conselleria se limpiaran las manos, haría un control de cabras gastronómico con torrada incluida, solo pensarlo se me hace la boca agua. Eso sin que nadie me viera.