La evolución de la morosidad en las fincas ha bajando con la recuperación económica. | Pere Bota

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El nivel de impago por morosidad que soportan las comunidades de propietarios de Baleares se situó a finales de agosto en 46,5 millones, de los cuales más de 8,7 millones corresponden a las entidades bancarias, según señalan desde el Colegio de Administradores de Fincas de Baleares.

El presidente de la entidad, Pau Bonet, incide en el hecho de que la deuda que los bancos tienen contraídas con las comunidades de vecinos, por ejecuciones hipotecarias, «se mantiene estable en los últimos años, lo que demuestra el talante de las entidades financieras con las comunidades de propietarios de no hacer efectivos los pagos que les corresponde como titulares de las viviendas que están bajo su propiedad».

Apunta, además, que en 2016 la deuda de los bancos era de 9,89 millones y la global de 49,9 millones: «El porcentaje de disminución con 2018 es mínimo si lo comparamos con la evolución de la deuda global de morosidad registrada desde 2016».

El Colegio de Administradores de Fincas de Baleares reconoce que se ha producido una disminución de impagados «por la propia trayectoria positiva de la economía en las Islas, que ha permitido a propietarios de viviendas pagar parte del dinero que debían a las comunidades».

Bonet puntualiza que, pese a esta recuperación, «siempre se encuentra el moroso recalcitrante que se niega a pagar cualquier gasto comunitario y solo reaccionan cuando se ha presentado una demanda para recuperar la deuda pendiente».

Sobre los bancos, afirma que «nunca negocian y siempre actúan con falta de transparencia. Eso sí, cuando logran vender el piso que está bajo su propiedad es entonces cuando no tienen problema alguna en satisfacer la deuda pendiente».

El Colegio de Administradores de Fincas confía en que la morosidad vaya a la baja, «siempre y cuando no haya otra crisis económica».