Ramón Fernández Córcoles tiene previsto subir a lo más alto de la Sagrada Familia para pedir justicia por su hermano fallecido.

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Nada va a devolverle ya a su hermano, fallecido recientemente, pero Ramón Fernández Córcoles necesita dar voz a lo que asegura que ha sido una negligencia médica que no le permite pasar página. Tiene previsto subir a lo más alto de la Sagrada Familia en los próximos días para que su problema sea escuchado. No es la primera vez que grita al viento las injusticias con las que se ha topado en la vida, casi siempre lo ha hecho sobre una grúa. En esta ocasión, lo hará porque vive como una auténtica injusticia lo que le ocurrió a su hermano Antonio, «no me permite olvidar», dice, ni seguir adelante.

Sostiene que a su hermano Antonio «se le dio un mal tratamiento» y lo denunció. «Meses después, ante un nuevo ingreso, le vuelven a dar el mismo tratamiento, queda ingresado y finalmente fallece. El caso ha sido archivado, después de todas las energías invertidas. Eso me crea mucha impotencia porque han sido errores continuados».

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No es la primera ocasión que Ramón se sube a una grúa para denunciar injusticias. En Palma, sus anteriores escaladas no pasaron desapercibidas. En el año 2001, se subió a una grúa en Avenidas, tirando de sus habilidades como exalpinista y bombero. Desde las alturas desplegó una extensa lista de reivindicaciones, de inconformismos, de batallas, por Corea -su barrio-, pero también por otras cuestiones como el uso del antiguo centro penitenciario para la reinserción de presos y la marginación o el mantenimiento del baratillo de Palma, por citar sólo algunas.

RAMON FERNANDEZ CORCOLES SE ENCUENTRA SUBIDO EN UNA GRUA PARA REIVINDICAR MEJORAS SOCIALES

Hace sólo dos años, volvió a equiparse con sus aparejos de escalada. Se subió a una grúa en Can Domenge para explicar el caso de Antonio y denunciar la mala praxis que, a su juicio, estaba cometiendo el médico psiquiatra que le atendía. Y no hace tanto, su queja motivó también una huelga de hambre ante los juzgados. «El juez ha sobreseído el caso, la justicia va archivando todo. ¿Y qué te queda después de tanto lucha? Nadie te puede devolver el tiempo perdido».

Ramón Fernández Córcoles ha elegido la Sagrada Familia porque es un monumento artístico «con proyección internacional» que le permitirá dar a un más visibilidad a su mensaje. En Palma, nos cuenta que no sabe si podrá culminar su pretensión. «No será fácil entrar con todo el equipo de escalada en una mochila, por las medidas de seguridad que hay. Pero mi objetivo es llegar a lo más alto». Y su mensaje, también.