La fórmula de unas vacaciones en el mar ha pasado de ser hasta los años 60 un privilegio exclusivo de una minoría afortunada a un fenómeno de masas en el que Baleares y especialmente Mallorca ocupa una posición estratégica en el Mediterráneo. Una diferencia significativa sin embargo, será el reparto de esta actividad que hasta ahora experimentaba sus puntas en mayo u octubre, mientras los meses de temporada alta se registraban cifras más modestas.
Este orden se alterará hasta el punto de que agosto registrará un aumento del 30 por ciento con 77 visitas, mientras los meses citados arrojan un incremento del uno y y un descenso del ocho por ciento, respectivamente. En todo caso, será Julio el mes con más cruceros, con un total de 83 visitas. Por su parte, el mes de abril que era el que marcaba el inicio de la temporada, este año baja un 29 por ciento, con 41 visitas anunciadas. Este reparto distribuirá mejor pero no evitará no obstante, algunos llenos que habitualmente se han registrado en los últimos años, con más de cuatro cruceros amarrados de forma simultánea. Así, se esperan llenos de hasta cinco cruceros en ocho ocasiones, la primera el 11 de mayo y la última el 1 de octubre.
Por su parte, la concentración de cuatro cruceros se repetirá en 24 ocasiones entre el 23 de abril y el 4 de noviembre. En total el número de cruceristas en Palma rondará el 1'75 millones. Las nacionalidades británica, alemana e italiana serán las predominantes entre un amplio abanico internacional, que también incluye países de otros continentes, como Estados Unidos o Japón. A raíz de estas concentraciones que han sumado en ocasiones más de 25.000 cruceristas en un día, el actual equipo de gobierno municipal había planteado restringir la concurrencia a tres cruceros. Es una cifra calculada en base a la ocupación media de estos buques, que oscila en torno a los tres mil pasajeros, pudiendo llegar a los seis mil por buque.
En todo caso, es un tema que debe concretarse en el futuro Plan Director del Port de Palma. En todo caso, las obras de ampliación que ha realizado la Autoritat Portuària de Balears a lo largo de los últimos años tienen por objetivo satisfacer la demanda de un mercado en alza a nivel mundial en el que Baleares ocupa uno de los primeros puestos a nivel europeo. Estas obras son todas muy recientes (nueva terminal número seis en la plataforma de cruceros del Dique del Oeste, o extensión de los muelles de Ponent) y aún no han concluido, como es el caso del relleno de tierra del espejo de agua del muelle de Ponent Nord, cuyo atraque desaparece en favor de una gran superficie destinada al aparcamiento de autocares.
A su vez, se alarga la línea de atraque de la ampliación de este muelle contiguo al Club de Mar. El mercado de los cruceros turísticos ha experimentado un crecimiento exponencial desde el año 2000. Unos años antes, a mediados de los 90 se establecieron en Palma las primeras navieras con base en la isla. El operador británico Airtours fue pionero por aquel entonces en una iniciativa, la fórmula avión/barco, que ha determinado la importancia actual que ha adquirido Balears y especialmente Mallorca en este sector turístico.
El presente año, buena parte del tráfico previsto se debe a las compañías que hacen transbordo de pasajeros en Palma, a través de vuelos programados desde el Reino Unido y Alemania. Es el caso de Thomson, TUI o Aida, que destinan varias de sus unidades más grandes y modernas en sus cruceros semanales a veces con estancia en la Isla. Estos operadores concurren con firmas italianas como Costa o MSC que también utilizan sus buques más emblemáticos en visitas semanales pero con embarque en Barcelona o Génova principalmente y también en Palma.
Además, representativos del mercado generalista, a los que se ha sumado NCL, existen los pertenecientes a empresas más exclusivas como Cunard o Holland América que poseen una aureola histórica o la más moderna Celebrity, que también tienen su presencia en la Isla.
Asimismo, en este sector han surgido otras firmas aún más elitistas que ofrecen buques diseñados como megayates destinados a una clientela de alto poder adquisitivo. Esta realidad refleja que este producto ha abierto un amplio abanico de posibilidades sin precedentes, que permitir elegir un crucero a la carta. Así, no solo ha crecido en el número de barcos especializados, sino también la variedad de opciones posibles a la hora de elegir pasar unas vacaciones en el mar.
20 comentarios
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Ya nos bañamos en aguas fecales por culpa de los emisarios.... vamos a traer más heces !! Espero que de todo el dinero destinen un poquito para paliar el problema!!!!
Sigo pensando que una reconversión de los muelles hacia el ocio puede dar buenos resultados, como en Londres, Sidney, Buenos Aires (puerto Madero), Marsella, etc. Otra ventaja sería resolver en parte el problema del ruido en restaurants, etc. Las veladas de los clientes podrán ser más largas y todos los ciudadanos podrán dormir a pierna suelta.
Ya lo tienen ,se llama portopi
Sigamos echando a los turistas , volveremos al pa n´ boli , pero solo PA y OLI , nada de jamón serrano en medio .
Los cruceristas plantean sobre todo un problema por su concentración en un perímetro reducido de la ciudad y no parece que se puedan proponer itinerarios alternativos de interés, que puedan competir con el centro histórico-Borne-Jaume III. Para evitar la asfixia, algunos días punta del centro histórico, propongo planificar en el Moll Vell un circuito de compras (Corte Inglés, Zara, etc.) para aliviar la presencia de cruceristas en el centro urbao, si fuere posible.
El @Sandman: esos jóvenes europeos vienen y se van, no se quedan a viví aquí para siempre viviendo del paro, del subsidio, de la renta mínima, de las mil y una ayudas y de la sanidad gratis para el y toda su siempre archinumerosa parentela que se traen enseguida. Esos si ayudan a pagar las pensiones. Y además hablan muchos idiomas, no como los de aquí, que se creen que el catalán es el idioma único y universal.
31 de marzo, 3 turistas y 4 imserso en Mallorca, y nos quejamos cuando nos traen turistas en temporada baja... Ya hemos muerto, pero lo peor de todo es que no nos hemos dado cuenta....
Si no se reconduce el tema, y los mega cruceros se reparten sus visitas moriremos de éxito. Los mallorquines, vivamos o no del turismo directamente, lo terminaremos odiando y los visitantes se sentirán incómodos al coincidir con tropecientos más, sentido común señores, sentido común, no todo vale...y ahí sí que se vería una buena gestión del Govern si se supiera negociar esto directamente con las grandes compañías cruceristas... pero es trabajo y diplomacia, dos cosas de las que carece el actual Govern, sobre todo en Presidencia y Vicepresidencia. Una lastima.
Bienvenidos sean! no creo que molesten a nadie. Por lo que hay que preocuparse es por la avalancha de europeos comunitarios jovenes que vienen a la isla a hacer la temporada, quitando el trabajo y llevandose el dinero. Mientras España está con 15% de paro. Muchos jovenes de aqui prefieren andar por ahi manifestandose como activistas en contra de todo y esperando las ayudas del PSOE y Podemos. Ese es el proyecto #LaEspañaQueQuieres de esos partidos..
Dejemos de decir sandeces, este turismo no colapsa carreteras, playas no gastan electricidad i hacen basuras y nose tiran por los balcones, no producen ruidos nocturnos, en cambio gastan en excursiones,tiendas,bares etc, bajan sobre las nueve y media y se van a la una generalmente