El doctor Dagan Wells, miembro del comité científico del congreso y director del centro de investigación básica de IVIRMA Innovation en Oxford, explicó que la edición genética a día de hoy solo está en fase de investigación y que todavía no se aplica. Reconoció que puede suponer una «revolución mundial» y admitió que representa un «desafío ético».
Esta técnica se lleva a cabo gracias una tecnología que, como si se tratara de unas tijeras moleculares, permite sustituir las partes dañadas del ADN (que puedan dar lugar a enfermedades hereditarias), por otras sanas. Así, analizando las células del embrión antes de su transferencia al útero materno, es posible detectar e incluso corregir estas alteraciones, aumentando las probabilidades de embarazo de un bebé sano. Sin embargo, este tipo de avances «generan una gran controversia social, como vimos recientemente con la noticia del nacimiento de una bebé china cuyo ADN había sido modificado», explicó el doctor Wells, quien valoró la celebración de congresos como el de IVIRMA «que sirven como plataforma de debate de los beneficios y problemas, también éticos, que pueden suponer avances tecnológicos como la edición genética».
Otros temas que se han abordado en el congreso son el de las vesículas extracelulares que podrían ayudar a mejorar las tasas de éxito de la reproducción asistida, el impacto negativo de la obesidad en la reproducción y el factor masculino, según el director científico del congreso, el doctor Juan Antonio García-Velasco. Por su parte, el presidente del congreso, el doctor Javier Marqueta destacó la apuesta por la sostenibilidad del evento.
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