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Una familia de origen cubano ha notificado a la Meliá su intención de demandarla en tribunales de EEUU por operar un hotel en Cienfuegos (Cuba) que le fue expropiado hace casi 60 años a raíz de la Revolución cubana, tras entrar en vigor el pasado día 2 de mayo el título III de la ley Helms-Burton de 1996, según señaló su abogado Andrés Rivero.

El letrado, que representa a los descendientes de Antonio Mata Álvarez, de origen asturiano y propietario del hotel San Carlos de Cienfuegos cuando sucedió la expropiación, demandó este lunes a funcionarios cubanos que se lucraron con el contrato por el que Meliá opera el establecimiento y además lo notificó a la empresa mallorquina.

Esta es la segunda notificación que recibe Meliá, ya que a finales de del pasado mes de abril, los descendientes de Rafael Lucas Sánchez Hill reclamaron a Meliá y Blau Hoteles una compensación adecuada por la explotación de hoteles en un terreno de más de 40.000 hectáreas al norte de Holguín, al este de la isla. Se trata de los hoteles de Meliá Sol Río de Luna y Mares, y Paradisus Río de Oro, y los de la cadena Blau Costa Verde, y Playa Costa Verde.

Los edificios son en realidad propiedad del Grupo Gaviota, que controlan los militares cubanos.

Meliá es mencionada en la acción judicial presentada por los Mata, pero todavía no está demandada, pues Rivero ha optado por la fórmula de notificar y dar un plazo de 30 días para que la empresa compense económicamente a los demandantes.

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En caso de que no lo haga y la demanda siga su curso, la cuantía de la compensación podría triplicarse, indicó el abogado, quien dijo que ha enviado ya la notificación a las sedes corporativas de Meliá en EEUU, España y Cuba.

La demanda interpuesta por las nietas de Mata Álvarez es lo que se conoce, según fuentes jurídicas, como una acción colectiva por el hecho de que se pueden sumar otras personas que hayan sufrido similares acciones de los gobiernos que siguieron a la Revolución de 1959.

Fuentes de la cadena Meliá, que preside Gabriel Escarrer, se han reafirmado en el comunicado que emitieron el 17 de abril de que la activación del título III de la ley no supone «ninguna alteración sustancial» de su actividad y que «opera legítimamente en Cuba y en otros 44 países, habiendo realizado una gestión impecable, profesional y responsable desde hace 30 años» en la isla, «un destino excepcional que debe seguir abierto al turismo internacional».

En dicho comunicado, la cadena confirmó «la no propiedad de bienes o participaciones de bienes que pudieran ser objeto de potencial reclamación tras su expropiación en la década de 1960, y afirmamos que, de dirigirse alguna reclamación contra algún hotel, nuestro papel sería el de meros gestores hoteleros, con un rol equivalente al del esto de actores de la adena de valor del negocio turístico».

En la pasada feria de la FitCuba, que tuvo lugar del 7 al 9 de este mes en La Habana, la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, así como el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, dieron todo su apoyo a las cadenas hoteleras españolas presentes en Cuba. Maroto manifiesto que el Gobierno de España defenderá ante todos los foros e instituciones internacionales la presencia de las empresas.

En Cuba, en estos momentos, a parte de Meliá y Blau Hoteles, operan también las cadenas mallorquinas Iberostar, Barceló, Be Live, Valentín Hoteles y Roc Hoteles.