La investigación pretende estudiar las alteraciones cognitivas como la inhibición de conductas impulsivas y la incapacidad para controlar pensamientos de desesperanza. Estas conductas van ligadas a la depresión, que puede ser multicausal, con factores biológicos y ambientales. | Archivo

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Un estudio sobre la capacidad de control de la conducta en un trastorno depresivo necesita pacientes. La investigación corresponde a la UIB con Miquel Roca, decano de Medicina y catedrático de Psiquiatría, como investigador principal, y Antoni Riera, psicólogo general sanitario, como investigador contratado.

Riera explica que «pretendemos conocer la alteración de las funciones ejecutivas de las personas con un primer episodio de trastorno depresivo. La depresión no es sólo un trastorno del estado de ánimo, sino también de la función cognitiva. A partir de aquí, podemos determinar el papel de estas alteraciones cognitivas en las ideas suicidas».

Según el investigador, «la idea suicida no consiste en que tengamos en algún momento el pensamiento de desaparecer, sino en la intensidad de ese pensamiento, es decir, si lo tenemos cada día y no nos lo quitamos de la cabeza». El estudio está financiado por el Ministerio de Economía y tendrá una duración de dos años, con evaluaciones al principio y a los 6, 12 y 24 meses. El perfil debe ser el de una persona con un primer episodio depresivo, de 18 a 65 años y que no tenga otros trastornos que lleven a alteraciones cognitivas. Los investigadores esperan contar con 216 pacientes.

Desesperanza

Riera señala que «podemos identificar como alteraciones cognitivas las dificultades para inhibir conductas impulsivas y la incapacidad para controlar pensamientos de desesperanza y solucionar problemas de todo tipo. Así, en ocasiones, el suicidio aparece como la solución de los problemas. La depresión bloquea la capacidad resolutiva y entonces es un trastorno clínico, diferente de la tristeza de un momento».

El psicólogo apunta que «queremos mejor información para la prevención del suicidio con un mayor conocimiento de las alteraciones cognitivas. Es un estudio de evaluación y seguimiento, no de intervención terapéutica».

Para Riera, «la depresión puede ser consecuencia de un episodio traumático, como una ruptura sentimental, la pérdida del trabajo o una situación vital desfavorable, o de una capacidad inadecuada o falta de experiencia para la regulación emocional. Sin embargo, la depresión puede ser multicausal, con factores de vulnerabilidad personal y emocional tanto biológicos como sociales o ambientales, sin que haga falta un desencadenante».