Según las teorías de los científicos probablemente el 80 por ciento de los contagiados no presenten síntomas, o estos sean muy leves, y no requieran ni siquiera de hospitalización. | Pixabay

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Tras los masivos llamamientos de las autoridades nacionales y autonómicas a la contención de las relaciones sociales y a quedarse en casa durante como mínimo las próximas dos semanas se encuentra una razón central, que puede ser básica en el devenir de la batalla global que en estos momentos se libra contra el coronavirus. El objetivo no es que la gente no se infecte, esto probablemente ya sea inevitable, sino que se retrase al máximo ese contagio, se frene la curva y como consecuencia se reduzca el pico de la epidemia, según destacan los expertos.

Para entenderlo conviene tener en cuenta algunas nociones sobre cómo funcionan las curvas epidémicas, y que su desarrollo exponencial depende de varios factores.

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En general, con el tiempo, disminuyen los individuos susceptibles de ser contagiados, momento en que se alcanza el pico de la epidemia. La pandemia de la COVID-19 se distingue de otras situaciones que podrían ser similares por el alto nivel de contagio, y no tanto por las elevadas tasas de mortalidad. El hecho de su elevada contagiosidad, unido a que sea nuevo, provoca que potencialmente todos podamos infectarnos de coronavirus.

Sin embargo, no hay que alarmarse más de lo debido. También según las teorías de los científicos probablemente el 80 por ciento de los contagiados no presenten síntomas, o estos sean muy leves, y no requieran ni siquiera de hospitalización. Según vienen destacando las autoridades sanitarias, que ese 20 por ciento restante de enfermos graves se aplique sobre una parte muy relevante de la población española marcará la diferencia. ¿Por qué? Pues porque ello comportaría el colapso de todo el sistema sanitario nacional, dado que la capacidad de respuesta de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) es limitada.

Cierto es que resulta difícil monitorear la situación para conocer en qué punto de la curva estamos en tiempo real. En la importancia de frenar la curva de contagios de coronavirus influye además la salvaguarda de los profesionales sanitarios, los que a la postre nos deberán curar, partiendo de la base de que esta es una enfermedad con mucho mejor pronóstico si se trata con medios humanos y materiales adecuados.