La posidonia es, de las angiospermas marinas, la que tiene una mayor capacidad como sumidero de dióxido de carbono. | Imedea

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La Comissió de Medi Ambient de les Illes Balears ha elaborado un informe para la evaluación ambiental del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, redactado por el Ministerio de Transición Ecológica.

En este informe, la comisión balear ha presentado hasta 20 consideraciones técnicas y 32 conclusiones para que el plan nacional tenga en cuentas las especificidades de las Islas.

Concretamente, en uno de sus puntos, la Comissió de Medi Ambient señala que «se debería tener en cuenta que -además de bosques, masas forestales y terrenos agrícolas- hay otro tipo de sumideros de dióxido de carbono de gran importancia no contemplados en esta directiva, como son la posidonia, los humedales y los bosques de ribera. Debería haber medidas específicas para fomentar la protección de estos tipos de sumideros similares. En este sentido, el vertido de aguas depuradas es una de las causas de las afecciones a las praderas de posidonia, por lo que sería muy positivo que el Estado ejecutara cuanto antes las depuradoras declaradas de interés general».

Un bosque sumergido

El presidente de la Comissió de Medi Ambient de les Illes Balears, Antoni Alorda, explica que «el plan no contempla la posidonia como un sumidero de dióxido de carbono. La posidonia es un auténtico bosque sumergido y debe ser reconocido como tal. Al mismo tiempo, pedimos medidas específicas para su protección, al igual que para las zonas húmedas y los bosques de ribera. En teoría, la Unión Europea va a dedicar una importante inversión a estos planes nacionales al considerarlos estratégicos, aunque también es verdad que la crisis del coronavirus puede trastocar estas previsiones. En cualquier caso, la pandemia no puede significar un abandono en la lucha contra el cambio climático y en el fomento de las energías renovables, reduciendo la dependencia del petróleo».

Las masas forestales y las praderas de posidonia absorben 5,6 millones de toneladas (el 66 %) del dióxido de carbono que produce Balears. De los 8,4 millones de toneladas de gases de efecto invernadero o su equivalente en dióxido de carbono producidas por las Islas, 5 millones son absorbidos y fijados por los espacios forestales y 600.000 toneladas por la posidonia.

Energías renovables en paisaje rústico y urbano

Una de las consideraciones de la Comissió de Medi Ambient al Plan Nacional de Energía y Clima se refiere a la necesidad de profundizar en la minimización de impactos y las buenas prácticas de las instalaciones de energías renovables en el suelo rústico y en el paisaje urbano.

Según su presidente, Antoni Alorda, «el plan debería ser más concreto en las pautas y excepciones aplicadas a esas instalaciones, independientemente de que Balears ejerza sus competencias urbanísticas». La Unión Europea apremia a España para llevar adelante el plan, por lo que su evaluación ambiental podría recibir el beneplácito de manera inminente, este mismo mes o el que viene, para ser aprobado a finales de año.