Agnès Oliver.

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Agnès Oliver (Porreres, 1974) es psicóloga clínica, neuropsicóloga, y la persona designada para atender a los profesionales de Atenció Primaria que necesitan ayuda para afrontar el sobre esfuerzo laboral y emocional que supone estar en primera línea de la epidemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2.

¿Con cuánta gente habla a diario?

—Cada día van aumentando en una o dos llamadas nuevas y se van acumulando. Hace tres semanas que se puso en marcha y estoy haciendo unas 20 diarias.

¿Qué tipo de consultas le hacen los profesionales?

—No son todas iguales. Al principio pensamos que nos encontraríamos con miedos o estrés por la saturación laboral, pero entre el 30 y el 40 % de las llamadas son trabajadores convertidos en pacientes. Están infectados y en casa, no contábamos con ello... Les preocupa cómo afrontar la enfermedad. Es gente que tiene la información de primera mano y caen en un pensamiento catastrófico, piensan en la intubación aunque su caso sea leve.

¿Y los demás?

—Hay otro porcentaje que son coordinadores y necesitan herramientas para manejar el equipo o para saber cómo comunicar un primer diagnóstico positivo en los miembros de la plantilla. Y también hay gente con miedo al contagio. Se levantan por la mañana y ya empiezan con los pensamientos negativos de si se infectarán, si lo llevarán a casa... También hay angustia por la incerteza y por si no pueden cubrirlo todo.

¿Cómo afrontarlo?

—Hay tres frentes. Uno es el emocional. La mayoría cree que no debe estar nervioso pero la ansiedad y el miedo son normales, necesarios y adaptativos. Hay que convivir con ello e intentar suavizarlo. Si te levantas diciendo no tengo que tener ansiedad, la tendrás. Otra parte es conductual, no hay que hacer búsquedas compulsivas, muchos sanitarios, por ejemplo, hacen comprobaciones de temperatura a todas horas. Y luego está la parte fisiológica que requiere de técnicas de relajación, mindfullnesss o meditación, depende de cada caso. Hay que controlar el pensamiento catastrofista del «y si...».

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¿Hay una experiencia previa similar?

—En nuestro grupo de psicólogos hay un subgrupo de tres o cuatro que trabajan con la parte bibliográfica y han hecho búsquedas y revisado situaciones de epidemias anteriores. Tenemos protocolos dinámicos que van cambiando a medida que conocemos situaciones nuevas.

¿A los profesionales les preocupa lo mismo que a los demás?

—A algunos sí, pero no es lo mismo tener miedo a contagiarte en un súper, que aquel que atiende a un paciente tras otro. Su miedo está más justificado por ser más realista, porque su probabilidad es más alta, por su carga viral constante... En el fondo sin embargo todo es miedo al contagio, a cuándo se acabará, y luego también están los sobresaturados.

¿Y el miedo a la incertidumbre?

—Es la emoción que peor toleramos, no saber. Y no sabemos lo que durará o cuándo volveremos a la normalidad...

¿Se puede hacer prevención?

—Si la situación de los profesionales no se maneja bien ahora podemos tener problemas de estrés post traumático a medio y largo plazo.

¿Aprenderemos algo?

—De todo se aprende, habrá cosas positivas... Por ejemplo cómo afrontar una alta demanda asistencial o la gestión emocional.
Hay un grupo de auxiliares que cuando se van a casa se conectan y hacen zumba juntas; o un médico que cuando llega al trabajo hace meditación conjunta, unos veinte minutos cada mañana.