Hace un par de años hubieras tenido tres posibilidades: cocinar ‘lo que sea' y ensuciar. Mejor no; morirte de hambre porque estás en pijama y te niegas a salir; o verte obligado bajar al chino, quién no tiene ya un restaurante asiático a tiro de piedra de casa, y matar el hambre a base de arroz tres delicias o rollitos de primavera. Pero esos tiempos han quedado atrás, ahora, con solo hacer un clic, abrir una aplicación en el móvil y preguntar a tu pareja en alto: «¿Pizza, sushi, o qué te apetece?», tendrás la cena en menos de 40 minutos en la puerta. Es más, si eres un avezado usuario online, habrás hecho el pedido de camino a casa y te habrás ganado un punto extra con tu pareja.
Tendencia al alza
No tienen restaurantes, ni hornos, ni camareros, pero curiosamente plataformas como Just Eat, Uber Eats o Glovo van camino de convertirse en los operadores globales más grandes de la ‘industria del estómago'. Según cifras facilitadas por el mercado del delivery, los españoles ya devoramos 900 millones de euros de comida a domicilio. Sin duda, es un sector al alza, y solo el año pasado el negocio aumentó en un 26 por ciento, y este año seguirá por el mismo camino.
Confirma esta tendencia imparable Eugenia Cusí, presidenta de Pimem Restauración, que recalca la «necesidad» de que el sector se adapte a los nuevos tiempos y a «aprender a convivir» con las distintas ofertas que surgen. «Los restauradores ofrecemos una experiencia en nuestro locales, y los clientes valoran no tanto el producto, que también, como el momento que pasan entre nosotros», asevera Cusí.
Para muestra, un botón de cómo ha cambiado el sector en menos de tres años: los riders de caja amarilla de Glovo o los de Just Eat forman parte ya del paisaje habitual de la ciudad, y a ellos se han sumado desde 2018 otras conocidas plataformas como Deliveroo o Uber Eats, el último jugador de este negocio en sumarse al tablero palmesano. ¿Pero la relación entre este tipo de plataformas online y los restaurantes es beneficiosa para ambos? La presidenta de Pimem Restauración muestra su escepticismo y agrega que «los restauradores no ganan mucho». En este sentido, recuerda que en su negocio les exigieron un 30 por ciento de cada ticket que transportaran para ofrecerles el servicio: «Los restaurantes no ganan mucho con este servicio, pero si no aceptas pierdes una parte importante de este pastel», confiesa Cusí.
Experiencia delivery
Por su parte, Alfonso Robledo, que lidera la Asociación Restauración Mallorca, confirma que los clientes cada vez piden más a domicilio y que los restauradores no pueden ir contra una tendencia al alza como la del deliver; es más, cada vez aparecen más establecimientos centrados en la comida a domicilio, aunque recuerda que «montar un servicio es caro y complicado».
Lo puede atestiguar Héctor Sanz, un emprendedor que hace menos de un año puso en marcha junto a sus dos socios Veggies, un servicio de comida rápida a domicilio saludable y ecológica: «Llevábamos tiempo madurando la idea de hacernos un hueco en la restauración, pero diferenciándonos de la competencia. Por eso, optamos por empezar posicionándonos primero como un negocio a domicilio 100 por 100 ecológico. Ahora, con el año de experiencia que acarreamos, con una red de clientes fieles y habiendo hecho lo más difícil, es decir, montar la infraestructura deliver y, estamos pensando en abrir nuestro restaurante», adelanta este emprendedor.
5 comentarios
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La pereza, la desidia, el descaro y el señoritismo que se han ido apoderando de la sociedad, son los que están favoreciendo que todo el mundo quiera tener' el plato en la mesa', y lo de cocinar y fregar sea un trabajo ' de criados'. Esa forma de pensar, está muy bien en gente rica, cuyas rentas les permitan tener personal de servicio. En gente de clase media o baja, ocasiona la desgracia y el conflicto constante en el seno de las familias. Y mejor no hablo de los tíos que se casan, o se van a convivir con una mujer para tener cocinera y limpiadora gratis.
A la rica tortilla de patatas de dos horas de espera. Srs. Es el momento de intentar aprender a cocinar aunque sean unos simples huevos fritos con patatas. O un plato de caldo, o incluso una pizza pero totalmente casera. Las consecuencias de acostumbrarse a comida prepsrada es el precio y clsro despues las cuentas no salen
Claro... después no llegamos a fin de mes!!!
Esclavos pagando esclavos... Si no sales tú.... Porque arriesgas a que salgan ellos por un sueldo miserable?
En Palma es perfecto, pero los que vivimos en otras zonas de Mallorca no tenemos casi opciones de comida a domicilio de los restaurantes de nuestras zonas.