¿En qué consiste la labor del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional?
—Es un centro docente y de investigación. Se realizan cursos de formación, normalmente de altos estudios de la defensa nacional tan importantes como los cursos de Estado Mayor o de ascenso a oficial general. También cursos orientados a civiles como los de defensa nacional para funcionarios, diputados, senadores, periodistas, gente de la judicatura... Estos últimos tratan de transmitir en qué consiste nuestro sistema de seguridad y defensa; cómo estamos organizados, a qué amenazas estamos expuestos, cuáles son los riesgos que corremos, y cuáles son nuestros puntos fuertes y vulnerabilidades.
¿Qué tipo de cursos imparten?
—Hasta 18 cursos diferentes, por lo que pasan más de mil alumnos al año. CESEDEN también es un centro de investigación. Contamos con el Instituto Español de Estudios Estratégicos y con el Centro Conjunto de Desarrollo de Conceptos, un think tank militar orientado al desarrollo de nuevos conceptos a 25 o 30 años vista.
¿El CESEDEN es básico para la seguridad del país?
—Sí. No solo formamos a nuestros mejores oficiales sino que tratamos de transmitir a la sociedad en qué consiste nuestro sistema de seguridad y defensa. Es una labor importantísima que denominamos ‘cultura de defensa'. Por aquí pasan los mejores oficiales de las Fuerzas Armadas que están destinados a dirigir las mejores unidades y asumir las más altas responsabilidades.
Es el primer teniente general de Infantería de Marina en ocupar el puesto...
—Supone un gran orgullo y una gran responsabilidad al ser el primero. Lo que me permite el empleo de teniente general es poder ocupar el puesto de director del CESEDEN. Este es un destino tremendamente importante en nuestra organización. Soy consciente de que mi responsabilidad es enorme y eso es lo que realmente me gusta y satisface.
En su dilatada carrera castrense, ¿qué momentos destacaría?
—Los buenos son incontables. Aunque el mejor momento, sin duda, fue el mando del Tercer Batallón Mecanizado del Tercio de Armada donde estuve dos años. Tuve la suerte de desplegar el batallón, en 2005, en una operación en Haití, donde estuve al mando del contingente hispano-marroquí. También tuve la fortuna de dar la vuelta al mundo en 1981 como guardiamarina en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Los peores momentos los viví en el año 2003, en Irak. Fue una experiencia tremendamente dura en lo personal porque perdimos a doce compañeros con los que había trabajado casi codo con codo.
Irak, Haití y Bosnia han sido algunos de sus destinos en el exterior, ¿qué recuerdos guarda de estas misiones?
—La experiencia profesional fue positiva. En Irak fue estupenda. Me mandó el Gobierno para integrarme en la Autoridad Provisional de la Coalición. Estábamos en el Palacio Presidencial de Sadam Husein y me encargaron formar parte del Estado Mayor para diseñar las fuerzas armadas iraquíes desde la nada, ya que aquello quedó totalmente destruido. Estuve seis meses y el ritmo fue frenético. En Haití la situación de seguridad era muy delicada. Haití es un país extremadamente pobre. Ver la miseria y lo mal que lo pasa la gente le enseña a uno muchas cosas y realmente modifica tu escala de valores haciéndote ver las cosas verdaderamente importantes de la vida. En Bosnia estuve en el año 2008 con la situación militar controlada, aunque políticamente siguen igual; no han llegado a una solución que proporcione demasiada estabilidad. Existía el peligro de las minas.
¿A qué retos se enfrentan las Fuerzas Armadas?
—Le contesto como un oficial general de las Fuerzas Armadas. No es mi responsabilidad el diseño, planeamiento o adiestramiento de las FFAA ni ahora ni en el futuro. Corresponde al JEMAD (Jefe del Estado Mayor de la Defensa), Ministerio o a los jefes de Estado Mayor de cada uno de los ejércitos y de la Armada. Dicho esto, creo que en esta década lo más importante es enfrentarnos a la renovación de los principales sistemas de armas que ya van adquiriendo cierto tiempo. Tenemos compromisos de renovación de material, pero somos conscientes de que nuestro presupuesto, desde los años 2007-08, no solo no ha aumentado, sino que ha disminuido.
Su padre ya fue general de Brigada en Infantería de Marina. ¿Qué recuerdos guarda de Mallorca?
—Mi padre fue infante de marina porque en esa época en Palma se ubicaba el Tercio de Baleares, que se desmovilizó en el año 1964, que es cuando nosotros salimos de Mallorca y nos fuimos a San Fernando, donde se creó el grupo especial que después fue el Tercio de Armada, la unidad más importante de la Infantería de Marina. En Palma se creó –y mi padre fue uno de los fundadores– la Unidad de Zapadores Anfibios de la Armada, con sede en Illetes. Mi padre fue pionero en el buceo de la Armada. Uno de mis hijos es teniente de navío. Me fui muy pequeño de la Isla, pero todos los veranos y las Navidades íbamos a Palma de vacaciones, todavía recuerdo el interminable viaje hasta Valencia. En mi infancia y adolescencia la relación con Mallorca fue muy intensa. Íbamos a la casa de mis abuelos, situada en las Avenidas, junto a Casa Alzamora, unos almacenes de distribución de harina o algo parecido que se ha convertido en un colegio. Ahora acudo a Palma cada dos años y no perdono una visita a Can Joan de s'Aigo. Mallorca es la isla y la provincia más bonita de España.
3 comentarios
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No sabría muy bien donde encajaría éste mortal con todo lo que está cayendo saliendo con éstas, que variopinto es éste país.
Pan, sanidad y educación !! Los soldaditos de plomo al servicio de la OTAN no son una prioridad!!
Lo del reto me parece muy bien mi general pero que sea cuando todos los españoles puedan comer ahora no esta el horna para bollos.