Los tipos de interés que llegan a pagar superan el 22 % y llegan en algún caso hasta el 30 %, frente al 9 % de media de la banca tradicional. Consubal critica esta práctica «porque se ha extendido desde el inicio de la pasada crisis de 2008 en las Islas, pero más ahora en concreto por la actual coyuntura derivada por el impacto económico negativo del coronavirus y la crisis generada en todas las Islas».
Rodríguez puntualiza que si ya el pasado año era compleja esta situación, «ahora se ha convertido en un auténtico problema social por los efectos negativos que tiene en el seno de las familias, que han visto duplicada y triplicada su deuda con las empresas de crédito rápido por sus prácticas comerciales y los elevados tipos de interés que cobran».
Préstamos
El portavoz de Consubal añade que va en aumento el número de reclamaciones: «No es más que la punta del iceberg de un fenómeno que se lleva con sigilo en las familias y por parte de los beneficiarios de estos préstamos de usura».
Respecto a la cantidad global, cifrados en 4.000, Rodríguez puntualiza que «la cantidad es muy superior a tenor de las quejas que recibimos mensualmente por intereses abusivos, porque una cosa es solicitar un préstamos y otra poder amortizarlo con unos tipos que llegan hasta el 30 % anual. Además, a final de año hay empresas que ofertan dinero a los clientes y ello aumenta la deuda como si se tratara una auténtico bola de nieve».
La proliferación de este tipo de entidades, entre las cuales las más conocidas son Cofidis o Cetelem, se explica por la rapidez con que se conceden sin ningún tipo de aval, que es lo que exigen los bancos en su financiación crediticia.
Ante esta proliferación de empresas de crédito a nivel comunitario en los últimos años, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea tuvo que intervenir por la proliferación de reclamaciones. La sentencia dictada por el tribunal fijó en un 22 % el tope máximo del tipo de interés que pueden cobrare.
Rodríguez avisa de que estas entidades pueden llegar a solicitar embargos si la deuda contraída no se paga. Afirma que es aquí «cuando se producen dramas familiares y personales por los daños a terceros que se ocasionan».
La organización de consumidores asesora a afectados de las Islas por estos créditos que han denunciado judicialmente a las empresas por usura.
18 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
En serio estaba leyendo el artículo y tengo un banner de cofidis ofreciendo 15000€, todo lo que es tan "accesible" acaba convirtiéndose en un problema por el abuso que se hace de él. La culpa....de todos...del que lo oferta, del que lo distribuye, del que lo publicita, del que lo consume
Las entidades financieras y la administración pública son peores que el diablo. Intereses de la usura, embargos de salarios, etc... En cambio nosotros tenemos que rescatar a los bancos sin esperar a que devuelvan el dinero. Por no hablar de la estafa de las pensiones que se avecina.
Yo tengo demandadas a tres entidades de estas que se aprovecharon de gente mayor en apuro. Una de ellas es EVO, la otra ONEY tarjeta Alcampo, y la otra Younited Credit. A ver si de aquí a final de año devuelven lo robado. Son unos sinvergüenzas.
Detrás de cada empresa sanguijuela no olvidéis que hay un banco que la crea o respalda.
Banca pública ya!
Los usureros son legales. Habeis oido hablar del monte de piedad? Hasta sale en una famosa canción de la tuna
Juego, sobre todo online, y prestamos online... deberían ser ilegales, al igual que no puedes tener un establecimiento de venta de drogas-
Los bancos han cerrado el grifo y estos canallas se aprovechan
Que un funcionario ejecute una ley, sólo le hace culpable de cumplir su trabajo. Las leyes las hacen los políticos. Si no te gustan, no votes a los que hasta ahora no mueven un dedo para cambiarlas. La usura es algo que arruina vidas, y que la administración permite, e incluso a veces hace ella misma. Esperemos sentados, que ellos son más de hacer leyes de otro tipo, por ejemplo subirse sueldos, colocar amiguetes y esas cosas tan importantes.
Tomás de Aquino (1225-1274), un escolástico, condenaba el cobro de intereses de los préstamos de subsistencia, considerándolos intereses de usura. 850 años después seguimos en lo mismo.