El menú lleva esos días un extra. Al bocadillo que se reparte a diario, con bebida y un dulce donado por algún horno de la zona, estos dos días se suman fruta fresca y hortalizas. El llamamiento se hace notar.
Los Caputxins es un termómetro visible y doloroso de la necesidad en Palma. Tal y como señala el padre superior, Gil Parés, «ahora tenemos más gente. Hay familias normales, con niños, que hasta ahora han estado integradas en la sociedad». El religioso cuenta que si antes recibían hasta 170 personas al día, en la actualidad están llegando a las 230.
El jueves aparecía en la cola una joven madre con un carrito de bebé. A ella se suman también trabajadores de temporada o empleadas del hogar que se quedaron sin casa a la que limpiar de un día para otro. Y como siempre, los sin techo habituales. La radiografía social de la cola Convent dels Caputxins ha mutado con la pandemia.
«No damos mucha comida, para muchos será la única ingesta. Pero los usuarios buscan comida en otros sitios», cuenta el padre Gil Parés. Si los martes y miércoles hay un extra en el menú diario se debe a la aportación del Banco de Alimentos.
«El lunes a mediodía nos llega la aportación del Banco de Alimentos y lo repartimos al día siguiente. El martes, además del bocadillo y un pequeño pastelito, repartimos sandía y melón. El miércoles pasado añadimos tomates frescos y patatas», cuenta el responsable de este convento. La donación de los hornos de la zona es vital para completar el menú. «Nosotros compramos el pasn, el aceite y el embutido para los bocadillos», explica el padre superior.
Donativos
El año pasado se gastaron los 70.000 euros que recibieron en donativos. Este año ya esperan sobrepasar el gasto de esa cifra, se lamenta el padre Gil Parés, aunque también crecen los donativos. «Lo único bueno de tener una cola tan visible es que conmueve a la gente, que es consciente de lo que pasa. Por eso han crecido los donativos, que necesitamos más que nunca».
Desde pequeñas aportaciones mensuales de 20 euros a un sobre en efectivo que llegó el otro día cerrado: «No se quiso identificar y al abrirlo había 3.000 euros. Hay gente con un corazón bueno», cuenta el religioso.
66 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
He nacido en mallorca de padres mallorquines y abuelo peninsular, el dia que me jubile me marcho de aqui ,no se puede vivir de lo caro que es esto ,esta isla esta enfocada al nordico ,este virus no une al reves crea división social y mas pobreza.
Cualquier persona en un giro de 180grados se puede ver en esa cola mañana, un divorcio, la falta de paro o el simple hecho de no tener trabajo hasta la próxima temporada, vivir aqui es carisimo.
Jo fa uns anys passant per allà en vaig veure un amb un iphone 5 (recen tret en aquells temps) fent coa per que li donassin menjar: Com se pot donar a una persona que prefereiz gastarse els doblers amb un movil dùns 700 euros que comprar menjar per ell i la seva familia? No hi ha dret, hi ha gent que ho necesita de veres i no li donen.
Y los buenistas atontados y caritativos siguen creyéndose el cuento del hambre....mucho listillo suelto, y cada vez más, es lo que hay.
No queríais Podemos? Pues tomad podemos!!!
Por que las mezquitas no hacen lo mismo con su gente? por que he visto a musulmanes tirar los bocatas porque lleva jamón, en vez de no aceptarlo y que lo aproveche otro! Donde estan los podemitas ayudando y colaborando? o todos aquellos que insultan a los católicos y a las iglesias? no veo que en sus sedes den ni una galleta....La gran hipocresía de los de izquierdas pero cuando la gente necesita algo, los únicos que siempre ayudan son los mismos..
Por que no salen estas noticias en television española ???........
Me solidarizo con ayudar a quien lo necesita, de hecho colaboro mensualmente desde que empezó el confinamiento. Pero debo decir que me apena mucho que en los colectivos y los barrios más desfavorecidos y castigados no se haga mucho caso a las recomendaciones de sanidad. Ni mascarilla ni distancia de seguridad. Me duele, parece que no creeen o que se sienten por encima de todo eso. No lo entiendo, de verdad. Me apena.
El viernes bajaré a la primera misa de los capuchinos donaré algo ,hacen una gran labor social.
Muchos hipocritas veo en la cola, mucho ir contra la iglesia pero luego a pedir comida gratis a la iglesia y aprovechar a los voluntarios que trabajan sin cobrar en ella