El porcentaje de jóvenes de las islas que logran emanciparse disminuye por el elevado coste que tiene. | Gemma Andreu

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Los jóvenes de Baleares no lo tienen fácil. Desde hace cinco años son los que deben destinar la mayor parte de su sueldo al pago del alquiler, según los informes semestrales que realiza el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España.

Además, el esfuerzo para costearse la vivienda se ha incrementado de forma considerable.
En 2013, una persona de menos de 29 años debía dedicar el 53 % de su salario al pago del alquiler. El año pasado, el esfuerzo económico era el doble. En 2019 para sufragar el pago del alquiler en solitario una persona joven debería destinar más de la totalidad de su salario (el 105,7 %) y un 89,3 % para la cuota hipotecaria.

De este modo, sale más caro ir de alquiler que adquirir una vivienda. Sin embargo, la mayoría de jóvenes optan por arrendar por las dificultades que tienen a la hora de que les concedan una hipoteca. Deben aportar un 20 % del valor del inmueble, lo que representa tener una capacidad de ahorro que solo tiene una minoría. Sueldos por debajo de la media y en muchas ocasiones trabajos ligados al sector turísticos, por lo que parte del año están en paro, no ayudan a la emancipación de los más jóvenes.

El informe del organismo estatal señala que ante esta coyuntura, cada vez son más las personas menores de 30 años que retrasan la salida del hogar familiar, tal y como muestra la caída de 5,5 porcentuales en la tasa de emancipación residencial en el último año, y que se sitúa en el 17,3 % en el último trimestre de 2019. Este porcentaje se encuentra por debajo de la media estatal, del 18,7 %. La situación se agravará a partir de este año.

Más paro

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Baleares es la comunidad más perjudicada económicamente por la crisis del coronavirus y los jóvenes lo notan de forma especial. En agosto había 9.611 menores de 25 años en paro, un 177 % más que en el mismo período del año anterior. Muchos otros se habrán visto afectados por expedientes de regulación temporales de empleo (ERTE), por lo que sus ingresos se habrán reducido. Por contra, el precio de la vivienda no bajará en las mismas proporciones, si bien se estima que los valores se ajusten.

En los últimos años, desde el organismo estatal se había apuntado a que los jóvenes de Baleares presentaban una de las mayores tasas de ocupación de España e incluso en el primer semestre de 2019 se destacó el aumento considerable de la contratación indefinida entre la población joven.

En solo unos meses, la pandemia mundial ha cambiado el escenario de Balears y la población joven, como ya ocurrió en la crisis de 2008, se verá especialmente perjudicada.

Sus ahorros se verán de nuevo mermados y las posibilidades de firmar un contrato laboral en estos momentos son casi nulas.

En cuanto al mercado inmobiliario, hay que tener en cuenta que la oferta de alquiler es más bien escasa, lo que encarece los precios. La mayoría se concentra en los municipios más grandes, mientras que pueblos del interior apenas existen viviendas de alquiler en condiciones que satisfagan a la demanda joven.