En áreas protegidas, los peces dedican menos tiempo a buscar alimento con mejores presas. | IEO

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Un equipo de científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO), la Universitat de Barcelona y la Universidad de Aberystwyth (Reino Unido) ha demostrado que la alimentación de los peces y su condición física varía en función del grado de protección de los ecosistemas marinos litorales frente al impacto de la pesca.

El equipo de investigación ha publicado recientemente en la revista Marine Environmental Research un estudio llevado a cabo en dos zonas del Parc Nacional de Cabrera cerradas a la pesca y en dos zonas situadas al oeste de Mallorca donde la pesca profesional y la recreativa están permitidas. Como especie modelo para analizar los efectos indirectos de la pesca sobre diferentes características de los peces -el nivel trófico y la condición física- se utilizó la donzella, un pequeño pez de la familia de los lábridos.

La investigación se ha desarrollado en áreas marinas de Cabrera y Mallorca. Fotos: IEO

En primer lugar, se comprobó que la biomasa de la doncella, de sus depredadores y de sus competidores era mayor dentro del parque nacional que en el área abierta a la pesca, demostrando la efectividad de las áreas marinas protegidas para la restauración de las poblaciones de peces. Las mayores diferencias entre las zonas protegidas y las abiertas a la pesca se observaron en los machos, que son los ejemplares de mayor tamaño de la población. Esta recuperación tiene implicaciones en la dieta y el comportamiento al aumentar tanto la competencia por la comida como el riesgo de ser comido por un depredador.

En áreas marinas protegidas, donde hay una mayor abundancia de competidores y de depredadores, la donzella necesita reducir la competencia y el riesgo de ser depredada. Al dedicar más tiempo y energía a evitar ser comida por algún depredador, dedica menos tiempo a la alimentación y a la búsqueda de mejores presas, y su condición física es menor.

La ‘donzella’ ha sido la base del estudio científico. Foto: A. GOURAGUINE.

En zonas abiertas a la pesca sucede lo contrario, ya que al disminuir la competencia y la probabilidad de ser depredada, la donzella puede dedicar más tiempo a buscar presas óptimas y de mayor tamaño.