Las medidas de distanciamiento social y confinamiento diseñadas para combatir la propagación de la COVID-19 están generando un incremento general de la pobreza y la desigualdad en España pero muy diferente entre regiones, según una investigación realizada por economistas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y de la Universidad de Oxford (Inglaterra).
En ella se analizan por comunidades autónomas los niveles de actividades que se han mantenido con el teletrabajo, las esenciales y las que se han cerrado con la COVID-19.
Uno de los investigadores, el catedrático de Economía de la Complutense, Juan Gabriel Rodríguez, ha explicado a Efe que «el índice de pobreza en España puede llegar a aumentar 10 puntos, pasando del 25 al 35 por ciento» por las restricciones sanitarias aplicadas para combatir la pandemia, sin calcular los efectos de las medidas económicas implantadas por el Gobierno.
Según el estudio, el porcentaje de pobres aumenta en todas las comunidades, oscilando entre el cambio mínimo de Navarra (8 puntos) y los valores máximos de Baleares (19) y Canarias (14)
«Tras el análisis de los trabajos en cada región calculamos la pobreza pospandemia, que es mayor en las islas porque dependen en mayor medida del turismo y de otras actividades de ocio que han dejado de realizarse y, por tanto, se han perdido más empleos».
Por ello, las principales diferencias entre comunidades provienen, fundamentalmente, de la distinta estructura ocupacional, sobretodo de la esencialidad y cierre de las actividades económicas que en ellas se desarrollan y no tanto al nivel de teletrabajo existente, señala el estudio.
Así, las muy afectadas Baleares y Canarias presentan una esencialidad media-baja y el mayor nivel de cierre (por su alta especialización en el sector turístico).
En el otro extremo, Extremadura y, sobre todo, Navarra, tienen un nivel muy bajo de actividades cerradas.
Extremadura, a pesar de tener el nivel más bajo de teletrabajo, tiene el nivel más alto de esencialidad, «sobre todo por las actividades vinculadas al sector agrícola que se han mantenido a lo largo de estos meses con el abastecimiento de alimentos», indica el investigador.
En cuanto al incremento de la desigualdad salarial, las islas son también las regiones más afectadas, con un aumento estimado de la desigualdad de 5,3 en Baleares y 4,6 en Canarias. En el otro extremo, están Navarra (2,3), Asturias (2,7) y La Rioja (3,0).
La pérdida salarial sufrida por los trabajadores que ya se encontraban por debajo de la línea de pobreza también muestra diferencias significativas entre las regiones.
Esa pérdida ha sido más acusada en Baleares; mientras que en Cantabria, Madrid, Valencia, Galicia, País Vasco, Asturias y Castilla-La Mancha las pérdidas para sus trabajadores más pobres están por encima del promedio nacional, según el estudio que difunde la Universidad Complutense.
En el extremo opuesto se encuentran las regiones en las que las pérdidas salariales han sido menores y han conseguido mantener en mayor proporción los empleos esenciales: Extremadura, Andalucía y Castilla y León.
Pese a estos datos, los investigadores concluyen que, si bien la cohesión en España se ve perjudicada con un incremento en la desigualdad interterritorial del 5,6 %, los mayores aumentos en desigualdad tienen lugar dentro de las propias comunidades autónomas (17,1 %).
Al ser las regiones más afectadas (Baleares, Valencia) relativamente ricas y las menos afectadas (Extremadura, Andalucía) más pobres, «se evita que la erosión de la cohesión territorial sea aún mayor», concluye.