«El código ético del partido es muy claro en este punto», dijo Guasp, que evitó relacionar ambos asuntos (el intento de relevo y las dietas) pero recordó que «el mensaje del partido siempre ha sido el mismo en este asunto». Maxo Benalal, que forma parte de la Mesa de la Cámara, es uno de los diputados que promovió el relevo de Guasp.
El acta de la reunión
Los otros dos diputados son Jesús Méndez y Marc Pérez-Ribas. Éste espera que la Mesa de la Cámara valide o no su propuesta de asumir la portavocía. La dirección estatal, que colabora con la autonómica y define la estrategia a seguir, rechaza el cambio y sigue apostando por la portavoz actual y coordinadora del partido naranja en Balears.
Sobre si había sido la dirección autonómica la que había informado a la estatal de los sucedido con las dietas, Guasp dijo que no y que «están al tanto de todo y tienen todas la información».
Patricia Guasp también se refirió a la petición que hizo el miércoles pasado la Mesa del Parlament para validar el cambio de portavoz. La Mesa reclamó una copia del acta en la que se recogiera el resultado de la votación y que fue de tres contra dos.
Según explicó, no es habitual que se levanten «formalmente» actas de las reuniones. Afirmó que eso ocurre también en otros grupos y que prefería no extenderse sobre este asunto. «No tenemos plazo para responder», dijo la diputada. Si alguien hubiera realizado un acta de la reunión, habría sido el diputado Juan Manuel Gómez, único que apoya a Guasp, y que es el secretario general del grupo.
Gómez declina, desde el jueves, dar su versión sobre los hechos a este periódico.
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No me cansaré de repetirlo. La única manera de que los representantes públicos se comporten, es que se deban al electorado y no a un partido. Quiero listas abiertas para poder votar a quienes me parezcan honestos y preparados aunque sean de partidos diferentes. Julio Anguita ya lo expresó muy bien en una ocasión: "si los candidatos de izquierda no te parecen honestos y los de derechas sí, vota a la derecha". Quiero una democracia eficiente en la que mi obligación, como elector, será preocuparme de quienes son los candidatos: su formación y su trayectoria, y si no me gusta su actuación en la legislatura, en la siguiente no le voto. No quiero lo que me imponga un partido político que exige disciplina de voto (atufan a mafia). La única disciplina que quiero en el representante público es su fidelidad a las ideas con las que se presenta. Si alguien se pregunta en qué me baso para afirmar estas cosas, pues que se fije en los increíbles casos de corrupción de los grandes partidos y en las prebendas que se auto otorgan sus señorías: a la vista está. Ya han decepcionado demasiado tiempo como para que pidan más confianza.