En una nota de prensa, la institución insular ha explicado este miércoles que el nuevo centro dispondrá de 12 plazas para niños y adolescentes con medida de guarda o tutela que hacen consumos problemáticos o que presentan problemas de adicción a drogas y, también, dará apoyo a sus familias.
Serán atendidos por una treintena de profesionales, entre psicólogos, médicos, educadores sociales y auxiliares educativos, entre otros perfiles, que recibirán una formación específica continua.
La puesta en marcha del servicio responde a la necesidad de promover la especialización en la atención de los centros para incidir en problemáticas concretas y que se empezó a materializar en octubre de 2020 con la entrada en funcionamiento del centro para víctimas de explotación sexual infantil y que tendrá continuidad en los próximos meses con la apertura de otro centro para jóvenes con medida de protección que presenten problemas de conducta.
En este caso, el objetivo del IMAS es prevenir y detectar el uso problemático o la adicción a drogas; proporcionar atención especializada para que los niños y adolescentes abandonen su conducta adictiva y los hábitos poco saludables, y que las familias puedan reforzar sus capacidades en la tarea educativa.
Esta semana se ha abierto el proceso de licitación y las entidades tienen hasta mediados de junio para presentar sus propuestas con la intención de que el servicio residencial terapéutico pueda empezar a funcionar este verano.
La licitación prevé los gastos en compras de bienes y servicios necesarios, tanto para el funcionamiento normal de un centro residencial, como las requeridas para garantizar el bienestar integral de las personas usuarias, así como las de apoyo emocional ante las carencias de los niños.
En cuanto a los gastos de funcionamiento de un centro residencial se han considerado los gastos de alquiler, de mantenimiento de instalaciones, suministros de electricidad, agua, comunicaciones, así como otros gastos necesarios para el desarrollo correcto de la actividad.
3 comentarios
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Me disculpo de ser pesado. Sólo deseo recordar que, tras el cierre de la Clínica Capistrano, ya no hay centros residenciales para adictos y me parecen ser necesarios para Baleares. Les ha dado buen resultado a personas muy cercanas.
Completo: he estado en centros residenciales y, con sólo doce internos, la convivencia puede ser insuficiente, en caso de permisos, internos aislados, etc.
Me parece una idea interesante, pero se deben explicar mejor los 30 profesionales necesarios para sólo 12 residentes. Además. creo deseable hacer una unidad para más residentes, tal vez el doble, para que haya una dinámica de convivencia, sin escasez de relaciones.