Una de las misas en el Socors presidida por el P. Pedro Gordo y dirigiendo el canto, el rector, P. Jesús M. Benítez. | Amalia Estabén

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La devoción de los mallorquines de todas las edades por Santa Rita no sabe de pandemias, ni si coincide en fin de semana de climatología estival o en día laborable.

Este sábado, los fieles incondicionales de Santa Rita de Casia, abogada de las causas imposibles, cumplieron de nuevo la tradición acudiendo masivamente a la iglesia del Socors de los padres agustinos de Palma, para pedirle favores o darle gracias.

El templo, que lució un altar muy adornado con flores, abrió sus puertas a las 7.30 horas de la mañana, celebrándose misas de 8.00 a 13.00 horas y dos por la tarde, pudiéndose constatar una alta afluencia de gente.

Seguridad sanitaria

La seguridad en torno al protocolo por el coronavirus estuvo muy cuidada por parte de la comunidad de los padres agustinos, debido a que esta celebración cuenta con mucha asistencia de fieles. La afluencia estuvo controlada por seguridad privada en sus entradas por la calle del Socors y Avingudes. En el interior del templo, no faltaron indicadores de entrada y salida para una mayor fluidez en el camarín del Sagrado Corazón, donde tiene la capilla la santa, además de los que indicaban la salida hacia la tienda de recuerdos.

VENERACIÓN Y MISA SANTA RITA LAURA BECERRA20210522110508_IMG_6552.jpg

El rector del Socors, Jesús Miguel Benítez OSA destacó que «la fiesta de Santa Rita ha tenido un carácter muy emotivo, por la gran respuesta de los fieles que han participado en la novena y sobre todo a la bendición de flores el día de la víspera, conociendo las vicisitudes que conllevan las normas del mencionado protocolo. Por esta misma razón, este año, la imagen de la santa ha permanecido en su camarín, en lugar de trasladarla a la capilla central».

Decoración floral

Así lo pudieron constatar los fieles que iban a venerarla. Para este acto piadoso, se podían acercar a cierta distancia y quien llevó ramos de flores se fueron colocando en un espacio reservado en otra capilla situada frente a la de Santa Rita.

A medida que avanzó la mañana, la afluencia de gente durante todo el día fue aumentando, formándose largas colas desde la calle para poder llegar hasta el interior del templo. Todo ello guardando las medidas de seguridad sanitaria.

La salida de los fieles tuvo lugar por un portal lateral para acceder al de Avingudes, donde se podían comprar toda clase de recuerdos de la santa de Casia. Los visitantes fueron obsequiados con pétalos de rosa bendecidas.