En Baleares hay grupos dedicados a la venta ilegal de pescado que se organizan para burlar los controles de los inspectores de pesca, según ha puesto de manifiesto un estudio realizado durante este año a partir del testimonio de pescadores profesionales y recreativos, funcionarios de las administraciones, restauradores, científicos, activistas e, incluso, furtivos. Esta es una de las conclusiones del análisis que ha dado a conocer teste jueves la Fundación Marilles, que a partir de las consultas a 80 personas ha constatado que las infracciones son comunes en todos los ámbitos relacionados con la pesca, tanto profesional como de aficionados.
Los implicados, que han prestado su testimonio con la garantía de anonimato, han dado a conocer la existencia de «casos puntuales de connivencia entre pescadores profesionales y recreativos para 'blanquear' el pescado» capturado ilegalmente. Además, se ha comprobado que hay pescadores submarinos furtivos muy especializados que llegan a ganar 3.000 euros al mes con esta actividad, lo que compensa el riesgo de multas. Respecto a la pesca recreativa de subsistencia, algunos pescadores aficionados venden piezas para completar sus ingresos, destaca Marilles en un comunicado.
La mayoría de propietarios de restaurantes reciben ofertas de pescado ilegal, sostienen los autores del estudio, que ha contado con el apoyo financiero de las entidades Mallorca Preservation y Blue Marine. Del análisis se desprende que Baleares no está peor que otras regiones españolas, porque dispone de «una normativa avanzada» y profesionales de inspección y vigilancia, pero los recursos no son suficientes frente al problema. La mayoría de los que conocen infracciones no las denuncian, indica Marilles, que precisa que el desvió para la venta ilegal de pescado es «mucho más común» en la flota profesional de artes menores que en la de arrastre.
«La pesca y venta ilegal de producto pesquero representa una hemorragia de dinero y puestos de trabajo para nuestra economía que hay que frenar urgentemente», ha señalado en la presentación del informe el director de la Fundación Marilles, Anil Esteban. Ha instado los pescadores a «actuar firmemente para frenar las ilegalidades dentro de su sector», y a los restauradores y consumidores a «decir no al pescado ilegal». La entidad impulsora del análisis ha abogado por aumentar la investigación para precisar el impacto de la pesca ilegal, hacer campañas de concienciación dirigidas a negocios de restauración y consumidores, promover las buenas prácticas entre los pescadores y ampliar los recursos de inspección y vigilancia.
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