El coste de la vida en Baleares es más elevado que en otras comunidades, probablemente por el peso del turismo. | Jaume Morey

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Vivir en Baleares se ha convertido en una cara aventura, especialmente desde que los precios se han disparado. La insularidad siempre ha motivado que las Islas se encuentren entre las regiones más caras de España para vivir. Sin embargo, esta problemática se está viendo incrementada actualmente por la inflación. Esta semana el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ha publicado que el IPC se ha incrementado un 9,4 por ciento en las Islas, respecto al mismo mes del año pasado.

Cabe destacar que la inflación se encuentra disparada, principalmente, por el encarecimiento del precio de la electricidad y el gas, que ha subido un 88,3 por ciento en Baleares durante el último ejercicio. Sin embargo, no es el único ya que prácticamente todos los bienes de consumo han incrementado su valor. Destaca lo sucedido con el coste de la utilización de vehículos personales, que se ha encarecido un 22,8 por ciento en el último ejercicio. Le siguen los servicios financieros, que han aumentado los costes un 10,6 por ciento; y la cesta de la compra, que lo ha hecho un 6 por ciento. En el caso de las bebidas alcohólicas, cabe destacar que su precio ha subido un 4,3 por ciento en los últimos doce meses; mientas que las bebidas no alcohólicas lo han hecho un 3,7 por ciento. El tabaco, por su parte, ha subido un 3 por ciento.

El acceso a la vivienda es uno de los principales problemas que tienen los ciudadanos de Baleares y su precio no para de subir, tanto en las opciones de venta como de alquiler. En este sentido, el precio de venta de la vivienda nueva y usada en Baleares ha registrado un incremento interanual del 5,9 por ciento durante el mes de marzo, según se desprende de la estadística mensual Tinsa IMIE General y Grandes Mercados. En materia de alquiler, el INE ha detectado un crecimiento interanual en las Islas del 1,5 por ciento. Esto está provocando incluso problemas de mano de obra, ya que muchos funcionarios y trabajadores del sector servicios rechazan venir a las Islas por el elevado coste de la vivienda, en particular, y del nivel de vida, en general. De hecho, los hoteleros comprarán viviendas para que sus empleados paguen alquileres asequibles.

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La cesta de la compra también es especialmente cara en las Islas y en las últimas semanas se ha incrementado aún más. En los últimos 12 meses se ha encarecido un 6 por ciento, como se ha señalado anteriormente. Los aceites y las grasas son los productos que más han incrementado su valor, concretamente un 29,3 por ciento; seguidos de la carne de ovino, que se ha encarecido un 17,9 por ciento; los preparados de legumbres y hortalizas, un 10,9 por ciento; y los huevos, un 10,3 por ciento. No hay ningún producto de la cesta de la compra, de los analizados por el INE, que se haya abaratado en los últimos doce meses. Por encima del 5 por ciento, además de los mencionados con anterioridad, han subido el pescado fresco y congelado (8,7 por ciento), la carne de vacuno (8,6 por ciento), las frutas frescas (7,2 por ciento), las frutas en conservas y frutos secos (6,7 por ciento), los cereales y derivados (6,4 por ciento), el cacao, café e infusiones (6,3 por ciento) y el pan (5,8 por ciento).

Salir a comer o cenar en las Islas también es más caro que hace un año, exactamente un 3,2 por ciento. En este sentido, cabe precisar que los precios de los restaurantes de Baleares no han subido tanto como lo han hecho los alimentos (6 por ciento) o el precio de la electricidad (88,3 por ciento). Los restauradores han argumentado que no han podido subir sus cartas en la misma línea porque los clientes de las Islas no podrían pagarlos y las pérdidas serían incluso mayores; lo que sí han hecho algunos restaurantes es modificar o retirar algunos de sus platos porque sus costes se han disparado.

Los salarios y las pensiones, por debajo de la media

Este elevado coste de la vida en las Islas contrasta porque los salarios y las pensiones no van en la misma línea. Según el monitor de Adecco, el salario medio en Baleares se situó en 2021 en 1.591 euros al mes, por debajo de la media estatal de 1.749 euros mensuales. Otro dato relevante es que Baleares es la segunda comunidad que en los últimos dos años ha perdido mayor poder adquisitivo, con una media de 928 euros anuales, tan solo por detrás de Canarias, con un descenso de 1.296 euros, según datos del «Monitor Adecco de oportunidades y satisfacción en el empleo».

Los jubilados tampoco lo tienen fácil para llegar a fin de mes, ya que la pensión media de las Islas está por debajo de la nacional: la primera es de 1.012,43 euros y la de la segunda llega a 1.086,52 euros, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones a 1 de marzo de 2'22. En concreto, las Islas son la octava región con la pensión media más baja de todo el país.

Punto de vista
Pau A. Monserrat

Otros efectos de la inflación

Pau A. Monserrat

Pau A. Monserrat, miembro del CES, profesor de la UIB y economista de FuturFinances.com, considera que «la inflación tiene efectos visibles para todos los ciudadanos, como el aumento de los precios y servicios que consume, pero también otros menos identificables. Uno de los efectos enmascarados es el aumento de la tributación, tanto directa como indirecta. Así el IRPF, si no se deflactan sus tarifas, así como no se aumentan los mínimos exentos de tributación, importe nominal de las diferentes deducciones y demás variables al compás de la inflación, se acaban pagando más impuestos de los que le corresponde a uno por sus ingresos reales. En cuanto al IVA, impuesto directo por antonomasia, al aumentar el precio base del producto o servicio y aplicar sobre esta magnitud un porcentaje fijo (4, 10 o 21%), se acaban pagando más impuestos por la subida de los precios». Monserrat ha añadido que «otro efecto oculto de la inflación tiene que ver con los intereses que pagarán los ciudadanos por sus créditos y préstamos hipotecarios. Para contener el alza de precios y, también, para limitar en la medida de lo posible la devaluación del euro respecto al dólar, el Banco Central Europeo se ve en la encrucijada de subir los intereses que cobra a los bancos privados, los cuales, a su vez, encarecen la financiación a familias y empresas. Cuando se junta un escenario de inflación de costes con una economía real dañada por una crisis inmediatamente anterior como la vivida, el resultado no puede ser peor para los bolsillos de los ciudadanos: los precios aumentan, los costes financieros se elevan y, en cambio, los salarios nominales y reales apenas pueden compensar la carestía económica sufrida».