Diferenciar la gripe de la COVID es importante para aplicar el tratamiento. | Pixabay

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Los casos de COVID-19 volverán a incrementarse este otoño y la gripe hará acto de presencia; esta última será más virulenta este año, según las previsiones de los expertos que están basadas en lo que ha sucedido en el hemisferio sur. Por tanto, muchas personas van a padecer en los próximos meses alguna de estas dos enfermedades, por lo que es importante saber diferenciarlas. El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, ha explicado que ambas son enfermedades respiratorias contagiosas, pero ha precisado que son provocadas por virus diferentes. En concreto, la causa de la COVID-19 es una infección por un coronavirus (el SARS-CoV-2), que se detectó por primera vez en 2019. La gripe es provocada por la infección por un virus de la influenza.

Otra de las diferencias que presenta es que la primera se propaga más fácilmente que la segunda. Además, en algunas personas, la COVID-19 puede causar una enfermedad más grave que la gripe. También es importante tener en cuenta que los síntomas de las personas infectadas con COVID-19 pueden tardar más en aparecer y pueden ser contagiosos por períodos más prolongados.

Pese a ello, March ha asegurado que «no es posible diferenciar la gripe del COVID-19 solo observando los síntomas, porque algunos son iguales para las dos enfermedades». Sin embargo, es importante poder hacerlo porque «recibir tratamiento adecuado lo antes posible puede reducir su riesgo de enfermar gravemente». En este punto, ha informado que «existe una prueba para detectar los virus de la influenza estacional tipo A y B (gripe) y el SARS-CoV-2 (COVID-19). «Las pruebas de detección simultáneas de estos virus dan información importante acerca de cómo se propagan la gripe y la COVID-19 y qué medidas de prevención deberían tomarse». También permiten saber si una persona tiene gripe y COVID-19 al mismo tiempo, aunque esto no es muy frecuente. Estas pruebas de diagnóstico se pueden comprar en las farmacias.

¿Cuáles son los síntomas de la COVID y la gripe?

Tanto la COVID-19 como la gripe pueden tener distintos grados de síntomas, los cuales van desde la ausencia de síntomas (enfermedad asintomática) a síntomas graves. Los más comunes son fiebre, escalofríos, tos, dificultad para respirar, fatiga, dolor de garganta, mucosidad nasal o nariz tapada, dolor muscular y molestias corporales, dolor de cabeza, vómitos, diarrea (más frecuente en niños) y cambio o pérdida del gusto o el olfato (es más habitual con COVID-19).

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¿Cuándo se contagian?

Las personas con infección por el virus de la gripe pueden ser contagiosas aproximadamente desde un día antes de que aparezcan los síntomas. Sin embargo, se cree que en general la influenza se propaga a través de personas que tienen síntomas de la infección por el virus. Los niños más grandes y adultos con gripe parecen ser más contagiosos durante los primeros tres-cuatro días de su enfermedad, pero algunas podrían seguir contagiando por períodos algo más prolongados. Los bebes y enfermos con sistemas inmunitarios debilitados pueden ser contagiosos incluso por más tiempo.

En el caso de la COVID-19, el virus se comienza a propagar dos o tres días antes de la aparición de sus síntomas, pero el pico de la infección se produce un día antes del comienzo de éstos. Las personas también pueden propagar el virus que causa el COVID-19 sin sufrir ningún síntoma. De media, los infectados son contagiosos por unos ocho días después de que aparecieron sus síntomas.

Ambos virus se pueden propagar de individuo a individuo por contacto cercano. Ambas enfermedades se propagan principalmente a través de partículas grandes y pequeñas, que son expulsadas cuando los enfermos tosen, estornudan o hablan. Estas partículas pueden llegar a las bocas o narices de aquellos que están cerca, que podrían inhalarlas a sus vías respiratorias. En algunas circunstancias, como en el caso de lugares cerrados con mala ventilación, se pueden propagar pequeñas partículas del virus recorriendo distancias más largas, y causar infecciones. En general, la propagación se da por la inhalación de gotitas grandes y pequeñas. Sin embargo, es posible que una persona se infecte al tocar a otra (por ejemplo, si estrecha la mano de alguien que tiene el virus) o por tocar una superficie u un objeto que tienen el virus, y luego tocarse sus propia boca, nariz u ojos.

Diferencias entre el resfriado y la COVID

March ha destacado que también ha algunas diferencias entre ambos virus. Una de ellas, es que el virus que causa el COVID-19 suele ser más contagioso que los de la gripe. Además, se ha observado que la COVID-19 genera muchos más casos de súper propagadores que la gripe. «Esto significa que el virus que provoca la COVID-19 puede esparcirse con mayor rapidez y facilidad a muchísimas personas y provocar la propagación continua entre los ciudadanos a medida que el tiempo avanza», ha destacado March. Además, ha insistido en que «los infectados por el virus que causa el COVID-19 pueden propagarlo a otras personas antes de tener síntomas, si son leves o si asintomáticas.

El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva ha subrayado que la COVID-19 y la gripe pueden provocar complicaciones entre ellas. Las más destacadas son neumonía, insuficiencia respiratoria, síndrome de insuficiencia respiratoria aguda (líquido en los pulmones), sepsis (enfermedad potencialmente mortal provocada por la respuesta extrema del organismo a una infección), lesión cardiaca (por ejemplo, ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares), insuficiencia multiorgánica (insuficiencia respiratoria, insuficiencia renal, shock), agravamiento de afecciones crónicas (que involucran a los pulmones, el corazón, el sistema nervioso o la diabetes), inflamación del corazón, del cerebro y los tejidos musculares; así como infecciones secundarias.